sábado, marzo 17, 2018

Pearl Jam se consagra como el número más popular de Lollapalooza en el inicio de su octava edición

El Mercurio

La banda de rock noventera vivió anoche una multitudinaria presentación en la versión 2018 del festival que sorteó con éxito su primera jornada en un día hábil.

Por JOSÉ VÁSQUEZ

"Fue difícil conseguir la reunión con Perry Farrell, pero lo hicimos. Fue en Los Angeles, algunos sabían muy poco de Chile y los cautivamos con nuestra convicción", recuerda Sebastián de la Barra, promotor de Lotus, cuando en una misión que tuvo un símil futbolero con la épica de Carlos Dittborn y su "porque no tenemos nada, lo queremos todo" para conseguir traer el Mundial de 1962 al país, lograron sacar por primera vez de Estados Unidos el festival de música alternativa más representativo de Norteamérica.

Ayer, Lollapalooza comenzó su octava edición en Santiago, solidificando su apuesta -por la noche, Pearl Jam cautivó a una multitud de asistentes que se rindió ante la emblemática banda (ver comentario)-, y lo hizo con su versión de mayor magnitud, con récord de público -se esperan 240 mil personas este fin de semana-, creciendo a tres días e iniciando por primera vez el evento un día de semana, algo que se notó en la entrada al Parque O'Higgins.

Las puertas se abrieron al mediodía, y aunque se proyectaba una gran asistencia desde temprano, el ingreso resultó expedito porque el público retrasó su llegada para la tarde, algo que se comenzó a notar más cerca de los números principales de la jornada, cuando a las 18:00 horas subió al escenario David Byrne y la masa de gente se hizo más notoria.

Como Asesinar a Felipes abrió a las 12:30 horas uno de los escenarios principales y lo hicieron con un invitado especial: el bajista de Faith No More, Billy Gould, con quien habían tocado a comienzos de mes en Concepción, en el festival REC. El músico, interesado en conocer más del circuito local, estuvo siguiendo luego la presentación de Cordillera, el nuevo conjunto que unió a Carlos Cabezas y Angelo Pierattini.

Después de "Los Felipes", la posta la tomó 45 minutos más tarde Pedropiedra, frente a una audiencia todavía baja comparada con los últimos años y con el músico insistiendo en animar al público haciéndolo participar del show. Mientras que más tarde, en uno de los tablados alternativos, Lanza Internacional, con Chalo González en el sonido, entregaba una de las mejores presentaciones de esa primera tanda, tocando un rockera versión de "Corazones rojos" de Los Prisioneros, dedicándoselo a Jorge González. La representación nacional fue coronada por Los Jaivas, el grupo más veterano de esta edición, que totalizará el domingo más de cien shows.

Tras las presentaciones de sus pares alternativos David Byrne y The National, llegó la hora de bailar.

Con un escenario atestado de sintetizadores análogos y percusión, y un bola de disco gigante coronándolos, LCD Soundsystem subió al escenario y desató una fiesta indie.

Todo comenzó con "Oh baby" -primera pista de su disco "American dream", recientemente nominado al Grammy-, que fue recibida con ovaciones y aplausos, que se mantuvieron durante el show.

Y es que la más reciente visita del grupo a Chile, en 2011, se suponía sería la última, pues la banda anunciaría su disolución. Anoche, por lo tanto, era un reencuentro especial.

"Hola. Muchas gracias", fue todo el español que ensayó James Murphy, líder de la banda, antes de presentar a sus compañeros.

 Los nuevos-viejos estandartes

En un festival abierto a la ruleta de los géneros musicales, el rock noventero pareciera ser todavía el ancla del Lollapalooza chileno. En solo ocho ediciones, Pearl Jam ya lo ha encabezado dos veces y la apuesta todavía no resuena repetida, a pesar de lo evidente de la estadística. Y en eso ayuda el catálogo de la banda sobreviviente de Seattle, que no clona listados de canciones, ofreciendo anoche un concierto de inicio completamente distinto al ofrecido el martes, apenas unos metros más atrás en el Movistar Arena.

Eddie Vedder apareció saludando el cierre de James Murphy y LCD Soundsytem en una sincronía perfecta, sin dejar un segundo de silencio entre ambos escenarios y el batatazo fue contundente: "Corduroy" sacude de entrada con su vibra rock, una versión extendida que luego baja las revoluciones con "Elderly woman behind the counter in a small town" y "Nothingham", una dupleta que es apenas un respiro para lo que vendría luego, porque Pearl Jam anoche descargó toda su electricidad con "Why go", "Do the evolution", "Even flow", "Given to fly", "Mind your manners", una "Daugther" dedicada al recientemente fallecido Stephen Hawkings y una "Can't deny me", su último estreno mundial que solo han tocado en vivo dos veces, ambas en Santiago, avisando que grabarían la reacción del público, seguro, la mayor multitud en la historia del Lollapalooza local.

Aunque en su entrada al siglo 21 los álbumes de la banda comenzaron a perder relevancia y con el rock marcando una popularidad a la baja entre el público joven, Eddie Vedder  y sus muchachos, interpretando "Jeremy", un tema que va a cumplir 27 años, empujados por un coro monumental, se instalan con propiedad como los nuevos-viejos estandartes de un género que sigue palpitando.

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