El Mercurio
Por R. F.
Cuando la anunciaron en el cartel de esta edición de Lollapalooza, Camila Cabello apenas había estrenado un par de sencillos luego de desvincularse del grupo que la llevó a la fama, Fifth Harmony. Lo que podría haber sido un riesgo, terminó siendo una de las mejores cartas de esta edición del festival, ya que Cabello se ha encumbrado como gran promesa del pop mundial tras el estreno de su disco debut, "Camila", y el éxito de su canción "Havana".
La cantante nacida en Cuba aterrizó con un corto pero efectivo repertorio en el cierre de la jornada de ayer, donde se presentó en un escenario secundario paralelo al show de Red Hot Chili Peppers. Si bien la gran mayoría del público seguía el espectáculo de los californianos, un buen porcentaje juvenil se acercó a ver el debut solista de Cabello en Chile.
Desde el comienzo, la cantante apeló a la comunicación con su público, invitándolos a participar y manifestando lo contenta que estaba de estar en Chile cada vez que terminaba una canción. Su puesta en escena incluyó un cuerpo de seis bailarines que sirvió como acompañante ideal para los ritmos latinos en los que incursiona. A pesar de que a ratos utilizó pistas pregrabadas, la ex Fifth Harmony demostró su capacidad vocal y que la ausencia de sus antiguas compañeras de grupo no le impide montar un show efectivo, que apela principalmente al fervor juvenil.
Para el final dejó "Havana" -su gran éxito radial-, que desató el karaoke masivo y que dejó a Cabello con la promesa de volver pronto a los escenarios locales.
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