miércoles, septiembre 20, 2017

Canción "cebolla": la reivindicación de géneros eternamente despreciados

El Mercurio

Desde la década de los cincuenta que ser "cebollero" era una etiqueta infame. Sus consecuencias podían alcanzar el veto en las radios y sellos musicales. Pero eso cambió. Lo que antes para algunos era cliché, siútico y/o rasca hoy es exhibido con orgullo, emoción y profesionalismo. Ya era hora.  

Por Bárbara Alcántara A. 

"Ahora estás en mis brazos recordando otro amor, con el alma en mil pedazos sintiendo tu desolación. Ahogando tus penas en el calor de un beso, calmando tus heridas te ofrezco mi pañuelo, hablándote al oído... haciendo el amor". Estos versos dolidos perfectamente podrían ser de una interpretación de Lucho Barrios ¿no? Sin embargo, corresponde a "Te veré en la oscuridad", canción incluida en Vendaval, disco solista del bajista de Los Tetas, Rulo.

Ocurre que existe una generación de músicos nacionales dispuestos a reciclar sonidos latinoamericanos ligados al vals peruano y al bolero junto con acercarlo a nuevas audiencias. Por otro lado y más destacable aún, está la capacidad y valentía de mostrarse dramáticos, vulnerables y desnudos. El desgarro, propio de los mencionados géneros nacidos en Perú y Cuba respectivamente, se manifiesta de forma notoria en composiciones e interpretaciones de una camada liderada por Mon Laferte; el ganador del Pulsar como mejor cantautor 2017, Demian Rodríguez; lo que han mostrado en vivo El Macha y El Bloque Depresivo, Ana Tijoux con Roja y Negro, además del citado David "Rulo" Eidelstein.

Llora Corazón

A mediados del siglo pasado, el vals peruano y el bolero porteño y popular eran ignorados por los medios de la época para privilegiar la cobertura de boleristas clásicos como Lucho Gatica y Antonio Prieto. Luego irrumpió La Nueva Ola y La Nueva Canción Chilena, por lo que la corriente popular quedó desterrada, destinada a la autogestión y ligada a la noche interminable de los puertos. "Cebolleros" se les rotuló de forma despectiva. Pese a aquella nula difusión y gracias a fieles seguidores que llenaban teatros, las sentidas canciones -interpretadas con guitarra- de Ramón Aguilera, Lorenzo Valderrama, Rosamel Araya, Luis Alberto Martínez y Jorge Farías vencieron el paso de los años y la discriminación de clases sociales para ser valoradas y transformarse en objeto de estudio.

La periodista Marisol García acaba de publicar "Llora, Corazón, el latido de la canción cebolla", investigación sobre el bolero popular y la primera crónica periodística sobre boleristas de puerto que protagonizaron dicho fenómeno musical. "Son ritmos y canciones que siempre han seguido vivas en la interpretación en vivo, en bares y restaurantes. En el gusto privado de los chilenos en sus casas y guitarreos informales" explica. Luego enfatiza, "la palabra 'rescate' supondría que una investigación me hubiese obligado a desentrañar ritmos sepultados, muertos, pero mi trabajo fue sólo acercarme a este mundo y sus recuerdos".

Del funk al vals peruano

Al igual que Ana Tijoux, quien dio un salto capital desde el hip hop al bolero y el tango con el trío Roja y Negro -completado por Raimundo Santander y Ramiro Durán-, el 2016 Rulo materializó su proyecto solista con un conmovedor disco, "Vendaval". Después de haber experimentado con dos álbumes que bucearon por ritmos latinoamericanos junto a su anterior agrupación, Esencia, el bajista de Los Tetas dio vida a diez canciones que tienen como base el vals peruano, el bolero y el bossa nova.

Sobre el perpetuo menosprecio a lo popular, señala: "Toda mi vida estuve alejado de estos estilos, siempre me ligué al funk o al soul y los últimos tres años he investigado y descubierto estos géneros, entonces nunca tuve noción de que fuera mal visto escucharlos. Cuando los descubrí quedé maravillado".

Mostrar a una nueva generación

Con un pasado ligado a la balada romántica pero también al heavy metal junto a la agrupación mexicana Mystica Girls, Mon Laferte se transformó en el estandarte de la nueva camada de músicos populares chilenos que, con arrojo, perseverancia y atrevimiento se la jugaron por un melodrama que sangra a borbotones.

Según Mauricio Jürgensen, periodista especializado en música popular y autor de "Historias de la Música Chilena", el show de Laferte en el Festival de Viña 2017 "terminó por exhibir lo que siento que ha sido una tendencia muy marcada en los últimos meses. Es lo que llamo el ascenso del 'pop de raíz', que tiene a artistas contemporáneos haciendo música con guiños a géneros de viejo cuño".

-¿Cuáles son las diferencias entre los exponentes actuales y los antiguos?
"La generación de hoy enfrenta menos prejuicios y es apreciada por un público sorprendentemente transversal. Siento que lo más noble de esta 'tendencia' es que potencia la identidad. La sensación de que esta sonoridad nos comunica con algo realmente latino, primero, y chileno después".

 Carlos Cabezas: "Antes nosotros éramos bastante más talibanes"

El rock de principios de siglo también se dejó seducir por el sentimentalismo destemplado. El año 2005, Los Bunkers publicaron una versión de "Y volveré", incluida como material extra en el disco "Vida de perros" y popularizada por Los Ángeles Negros en 1969. Los pioneros en sumar elementos del rock y funk al género dieron vida a una fórmula que fue valorada en gran parte del continente, menos en Chile; sin embargo, influenció profundamente a sus contemporáneos como Los Galos y Los Golpes, transformándose en referentes ineludibles para las generaciones posteriores.

Quienes también apelaron a la recuperación sonora, pero con composiciones propias, fueron Los Electrodomésticos. Su líder, Carlos Cabezas, cuenta que su acercamiento a la canción "cebolla" ocurrió por casualidad. "Estaba haciendo la banda sonora de la película "Negocio redondo" (2002); una de las escenas necesitaba una canción dramática y llegué a la idea de hacer un bolero". Luego recalca el respeto enorme que le tiene a la "institución del género" y que solía recordarle su niñez: "En el living de mi casa se escuchaba música clásica y en la cocina, boleros". Ese fue el punto inicial de una conclusión relacionada con que las cosas que uno escucha en la infancia o antes de tener una conciencia intelectual se convierten en parte de tu experiencia de vida, de tu lenguaje e identidad".

De este modo, el creador de "En tu mirar" tuvo una revelación musical que posteriormente profundizó cuando incluyeron "Has sabido sufrir" en el álbum "La Nueva Música Chilena" (2004) y luego en la banda sonora de Radio Corazón (2007) con "Adiós amor". El gran paso lo dio el 2010, cuando, inspirado en el bolero de orquesta, publicó el disco en directo "Has sabido sufrir".

-¿Qué te parece que músicos jóvenes se dejen influenciar por estos géneros?
"Me parece muy saludable, porque aterriza una identidad que estaba en el aire con un estilo que sufrió de muchos prejuicios. Las generaciones actuales son más libres en ese sentido, antes nosotros éramos bastante más talibanes. Te gustaba un estilo de música y de ahí no salías, entonces es notable que se puedan apreciar otros valores estéticos musicales".

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