jueves, mayo 25, 2017

Josep Caballé Domenech vuelve a dirigir la Orquesta Sinfónica

El Mercurio

Obras virtuosas, de gran riqueza melódica y dificultad técnica presentarán juntos este fin de semana y el próximo. Primero, será solista el pianista Gustavo Miranda-Bernales. Luego, se sumará la Camerata Vocal.  

Romina de la Sotta Donoso 

Como director titular de la Orquesta Estatal de Halle, la segunda más grande de Alemania, Josep Caballé Domenech (1973) combina una intensa actividad operática con una carrera sinfónica vertiginosa. Tiene funciones prácticamente todos los días. "Son dos mundos complementarios; el trabajar el repertorio operístico te da flexibilidad al abordar repertorio sinfónico, y este último permite imprimirle personalidad a la orquesta cuando está en el foso", comenta.

En su tercera visita, el español vuelve a dirigir la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile, en el ex Teatro Baquedano.

Mañana y el sábado, abordarán dos obras checas que incorporan su acervo folclórico a la tradición germánica: "El Moldava", de Smetana, y la Sinfonía N° 8, de Dvorák. Además de gran inventiva melódica, esta última presenta, según el director, "un folclor muy bailable, rico en matices y ritmos. Es bastante alegre y con una fuerza de improvisación que nos sorprende a cada momento".

El programa se completa con una favorita del gran público: "Rapsodia sobre un tema de Paganini", de Rachmaninov. Esta obra para piano y orquesta consiste en 24 variaciones sobre un tema a partir del Capricho N° 24 de Paganini, y actuará como solista el pianista chileno radicado en Nueva York Gustavo Miranda-Bernales (ver recuadro).

"La he dirigido muchas veces y hay que conseguir un nivel de ejecución conjunta bastante difícil, porque ni el pianista ni la orquesta son meros acompañantes", apunta Caballé. El otro desafío, aclara, es pasar velozmente del estilo y el carácter de cada variación al siguiente, pues son muy diferentes.

"El siguiente programa será un viaje por la música centroeuropea a lo largo de unos cien años", anuncia el director. Será los días 2 y 3 de junio. "Partiremos con la Sinfonía 'Haffner', donde ya encontramos a Mozart en todo su esplendor. Pero luego escucharemos al que yo considero como el verdadero Mozart, con la Missa Brevis 'De los Gorriones'. Aunque haya escrito 41 sinfonías y 23 Conciertos para piano, donde Mozart explotó todo su genio fue en las voces y en la ópera", asegura. Se les sumarán la Camerata Vocal y solistas.

Luego tocarán el Preludio y la Muerte de Amor de "Tristán e Isolda", de Wagner. "Esta obra cambió la historia de la música, por la utilización del cromatismo y de la tonalidad", asevera Caballé. Y destaca que Wagner fue un verdadero sucesor de Mozart y que llevó al extremo su búsqueda de la conjunción perfecta entre palabra y música, con el Gesamtkunstwerk (obra de arte total).

"El cierre será muy virtuosístico, con una de las mejores obras que se han escrito nunca para gran orquesta, 'Las alegres travesuras de Till Eulenspiegel', de Richard Strauss. En escasos 15 minutos, Strauss logra expresar, por medio de una fantástica orquestación, toda la ironía de este personaje que se mofa de todo el mundo y que acaban ajusticiándolo", anuncia Caballé.

Más Piano

El pianista Gustavo Miranda-Bernales dice que la obra que tocará con la Sinfónica "tiene todas las cualidades de un Concierto romántico para piano, con mucho virtuosismo. Al mismo tiempo, Rachmaninov lleva el tema de Paganini a distintos estados de ánimo y estilos, desde el jazz hasta el minueto".
Además, él abrirá el miércoles 31 un nuevo Ciclo de Piano en el ex Teatro Baquedano. Tocará obras de Haydn, Soler, Fauré, Albéniz y Soro. También, una Balada y una Sonata juveniles de Brahms, de "un romanticismo muy intelectual".

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