Gonzalo Cuadra y Germán Droghetti ambientan la ópera de Donizetti en los años 50. Los solistas son chilenos y se suman a la Sinfónica y el Coro UdeC, con la dirección musical de Donato Cabrera, desde el viernes.
Romina de la Sotta Donoso
En esta nueva producción de "El elíxir de amor", que se presentará en Concepción este viernes y sábado, la comicidad del título será reforzada con una ingeniosa y algo pícara puesta en escena.
La ópera de Gaetano Donizetti -con libreto de Felice Romani- verá cómo Adina (Andrea Aguilar) es dueña de una cafetería y adapta su negocio a la demanda. Cuando llega el fanfarrón Belcore (Ramiro Maturana) con sus soldados, lo convierte en cabaret. Y luego en hostería, para alojar a la tropa, y en salón de eventos cuando va a casarse.
"La ambientación es minimalista, y usaremos recursos de iluminación, proyecciones y vestuario para los cambios de escena", cuenta Gonzalo Cuadra, director de escena.
"Adina es el único personaje lúdico de este pueblo en que nunca pasa nada y juega a vestirse de Butterfly, de Traviata y de Lili Marleen", revela Germán Droghetti, quien estuvo a cargo de la escenografía y el vestuario. "Esta producción no tiene nada que ver con la que hicimos con Filippo Criveli para el Municipal. La visualidad es más contemporánea y la ambientamos en los años 50 y 60", aclara.
El cándido Nemorino (Sergio Járlaz) es un promotor de una marca deportiva y está disfrazado de oso. "Es tierno e inocente, anda para todos lados con su cabecita de oso bajo el brazo", apunta Droghetti. Aclara que Dulcamara (Sergio Gallardo) no es bufonesco, como suele serlo: "Es un traficante experto en marketing , muy pero muy serio".
En esta producción de la Corporación Cultural Universidad de Concepción (Corcudec) actúan la Sinfónica UdeC y el Coro UdeC (que dirige Carlos Traverso) y estrenarán una pantalla gigante. "Iremos contando con videos la historia no dicha en la ópera. Por ejemplo, la llegada de Dulcamara en un carro dorado, que en este caso es un Bentley", dice Droghetti.
Cuadra asegura que "en este elenco tenemos la fortuna de contar con cantantes que se acercan mucho a las características esenciales de los roles, están la coqueta, el ingenuo, el pedante y el pícaro", dice. Y revela que la clave de su régie es que "los personajes oyen la música que están cantando y también la bailan, se mueven según ella".
"El elíxir de amor" fue exitosa desde su estreno, en 1832. La historia causó gracia: dos pueblerinos de buen corazón, separados por un ardid del "doctor" Dulcamara, que le vende una falsa pócima de amor a Nemorino.
"Esta no es una ópera bufa al estilo de 'El barbero de Sevilla', sino un melodrama. Es una comedia y, por eso, es mucho más reflexiva y tiene momentos melancólicos. Ese es justamente el gusto del siglo XIX, el público esperaba reír y también botar una pequeña lágrima", explica Cuadra. Y destaca su ritmo dramático: "A veces va a velocidad real, no retrasa la acción como otras comedias y eso se agradece".
La dirección musical será del estadounidense Donato Cabrera, residente de la Sinfónica de San Francisco y titular de la Filarmónica de Las Vegas. La partitura, dice, "es vivaz y llena de inventiva y humor. La música aporta el motor rítmico, armónico y melódico para la acción dramática y cómica que se desarrolla en el escenario".
Y respecto de "Una furtiva lagrima", explica que esta aria de Nemorino es una de las más famosas del mundo porque es perfecta, "lo tiene todo: una hermosa melodía perfectamente combinada con las palabras". Cuadra advierte que "es un aria muy optimista, pero nos deja un sabor a melancolía, pues está en modo menor".
La Corcudec lleva quince años presentando, mínimo, una ópera al año. "Hacemos comedias, ópera de cámara y también títulos más serios. Es una parte importante de nuestra programación, y por eso siempre nos preocupamos de hacer un montaje que tenga una régie nueva y que se adecue al espacio de nuestro teatro y a nuestro público", comenta Lilian Quezada, gerenta de la Corcudec. Explica que financian el costo de estas nuevas producciones por medio de fondos propios más el apoyo que les entrega el Fondo de la Música por ser una orquesta regional.
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