sábado, febrero 08, 2014

El sonido de Chiloé: acordeonistas celebran cónclave

El Mercurio

Este 8 de febrero se realiza el XI Encuentro de Cultores del Acordeón en Tenaún. Habrá unos treinta músicos de Castro, Ancud y Chonchi, pero también de Mechuque y Coldita.

IÑIGO DÍAZ

Es lógico concluir que el origen del acordeón en el archipiélago de Chiloé está en la influencia alemana del sur y que la abundante población de estos instrumentos allí proviene de Puerto Montt y Puerto Varas, pero la investigadora ancuditana Cyntia Ulloa tiene algo más que decir al respecto.

"Casi todos los antiguos chilotes que he entrevistado me dicen que sus acordeones entraron a la isla desde Punta Arenas. El chilote tiene más conexión con la Patagonia que con Puerto Montt", dice Ulloa, quien prepara un estudio acerca de la historia de los acordeonistas del archipiélago. "Hay chilotes que se iban a trabajar a las estancias de Punta Arenas por temporadas con el único objetivo de reunir dinero y comprar sus acordeones de botones. Después volvían todos juntos, tocando en los barcos", agrega.

El acordeón representa el gran sonido de Chiloé. Según advierte la investigadora, se puede encontrar uno casa por medio de cualquier pueblo, y no existe familia que no tenga al menos un acordeonista en su núcleo. Por eso, cada vez más músicos se unen al Encuentro de Cultores del Acordeón que se realiza en Tenaún.
Organizada por la ONG Codet, la undécima edición del encuentro tendrá lugar este 8 de febrero, con una treintena de acordeonistas convocados a la maratón de siete horas de música. Ese día, Tenaún triplica su población con músicos y visitantes que admiran los acordeones de botones y de piano. Las actividades comienzan a las 16:00 horas con un pasacalle, procesión de 20 minutos con la totalidad de los cultores invitados. A ellos se les unen acordeonistas jóvenes y otros que recién comienzan en un unísono hasta llegar al escenario de la sede social.

"Los acordeonistas tienen otros oficios. Son campesinos o pescadores, y también tocan el instrumento. Es una forma de entender que no son músicos profesionales, pero sí son cultores", dice Ulloa.

Este año se esperan acordeonistas de Ancud, como la maestra octogenaria Carmen Choulouc, descendiente de alemanes que toca el acordeón a botones, y también de Castro, con el músico del grupo Trifulka Carlos Mancilla. Al encuentro llegarán doña Filomena Barrera, de Guardiamó; María Teresa Andrade, de Chonchi; Iván Cárcamo, de Rilán, y Luis Vargas, de Aldachildo. "Incluso vendrá Ana María Cárdenas, una monjita que vive en la isla Mechuque, y ojalá podamos tener también a don Liborio Almonacid, un señor mayor que vive en Coldita, isla apartadísima al sur de Quellón".

En el encuentro se lanzará el libro-catálogo "Acordeones chilotes", que reúne retratos de Lincoyán Parada junto a reseñas sobre la religiosidad y las fiestas populares que utilizan este instrumento, escritas por el investigador Renato Cárdenas. "Es un registro de los 20 acordeonistas que son la base de esta celebración, porque si hablamos de cultores en Chiloé, puede haber 150 o más", apunta Parada.

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