sábado, junio 29, 2013

El cantautor Leo Quinteros vuelve con disco de corte íntimo

La Tercera

El artista lanza en julio un álbum que tiene a la guitarra clásica como eje. El single, con Colombina Parra, sale la próxima semana.

por Claudio Vergara

Leo Quinteros (37) sabe que hay un concepto breve y de pronunciación dura con el que mucha gente vinculará el sonido de su próximo álbum: folk. “Si así pasa, va a ser algo súper equivocado. Es calificar todo sólo por un elemento, pero este disco no tiene esa pretensión”, ataja uno de los cantautores locales más alabados de la última década en torno a Antártica, producción que se estrena el 20 de julio y que tiene como protagonista a una guitarra con cuerdas de nylon, sonido de textura frágil y delicada, pero esta vez realzado con teclados, saxos, percusiones, cuerdas y decorados electrónicos.

Bajo esa fusión, hay quizás un mejor concepto para asociar la nueva apuesta de Quinteros: se trata de un álbum de fibra más íntima, despojado de la electricidad y los elementos de producción de sus antecesores, sobre todo de Los accidentes del futuro (2007), uno de los mejores títulos chilenos de esa temporada.

El músico sigue: “El cambio sólo vino por mi inquietud de probar cosas nuevas. Quería ver qué pasaba con algo mucho más simple e intuitivo. Me di cuenta que en la guitarra había un lenguaje lleno de detalles en los que nunca me había fijado. Ahora, también quise que ese sonido fuera más desproporcionado y que, con otros elementos, tuviera una onda casi sicodélica. Por ejemplo, me fijé mucho en discos como los de Feliciano”, ilustra el artista en torno a un trabajo cuyo primer single, Hacernos realidad, sale la próxima semana bajo Plaza Independencia, su nuevo sello.

Una canción con percusiones programadas que avanzan rápido bajo la voz más cansina de Quinteros, secundada por el tono sugerente de Colombina Parra, contrapunto que asoma con frescura y naturalidad. “Cuando escribí el tema sentía que tenía un tono femenino, por lo que no funcionaba tanto si cantaba yo solo. Tenía esa idea fija. Soy muy fan de la Colombina, le escribí para proponerle la idea, así es que un día llegó al estudio y la grabó en dos a tres pasadas. Era justo el resultado que quería”, subraya la voz de La enredadera.

En el subterráneo

Y si de buenos resultados se trata, Antártica también cuenta con otras piezas abundantes en sutilezas: como casi todo el trabajo, Escopeta y plan tiene a la guitarra en lugar protagónico, pero en batalla con un saxo que entrega mayor carácter; No tú y yo, una de las cimas del disco, hace lo propio con un delicado cello grabado en Berlín, y esa atmósfera espectral que cubre los 11 temas -casi en un claro guiño a la faz más sombría de Luis Alberto Spinetta-late en los teclados, las voces limpias y los ecos de Una señal, Afuera no me acompañen y Dados sueltos, entre otras.

Para materializar esa fórmula hubo dos puntos esenciales: la producción del músico local Fernando Mujica, conocido como Mowat, que mezcló la pieza en Berlín y con quien ya había trabajado en Los accidentes..., y la grabación de todos los temas en los subterráneos del local La Tienda Nacional, del barrio Lastarria. Hasta ahí llegó con los escasos músicos que participaron del proceso y acondicionó el lugar hasta encontrar el entorno preciso.

El cantautor sigue: “Soy bien obsesivo, así es que quería instalarme en un espacio fijo de donde no tuviera que salir mucho. Mowat se encargó de todo, hasta de instalar muros falsos o de taladrar una alfombra”.

Pero más allá del atractivo subterráneo del recinto especializado en discos, libros y trivia de la cultura chilena, Quinteros se reencantó con el formato físico de los álbumes, el que casi había desahuciado con su anterior lanzamiento, Los días santos (2010), sólo aparecido en formato digital. El ejercicio hizo que ese álbum tuviera un impacto limitado.

“Estaba súper convencido de lo digital, pero me di cuenta al estar en la tienda que los discos aún valen, porque se han convertido en un objeto de encuentro e intercambio con otros. Vi muchas personas con vinilos y eso, en parte, me hizo replantear la muerte de lo físico. A las personas aún le gustan las colecciones de buenas canciones”, cierra el cantante.

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