lunes, febrero 04, 2013

A cuarenta años de la muerte de Rolando Alarcón

El Mercurio


Hoy se recuerda el sorpresivo fallecimiento del profesor normalista, investigador, folclorista y autor de melodías que aún se cantan en escenarios y se bailan en colegios. "Es una figura invisible con un enorme repertorio", dicen sus biógrafos.

IÑIGO DÍAZ

Con los versos "Viva Rolando Alarcón/ cantor de la primavera/ quien supo hablar de Javiera/ y Lincoln en su canción", arranca la estrofa que escribió el trovador Eduardo Peralta para invitar a través de Facebook al concierto que esta noche dará en el Mesón Nerudiano (21:30 horas, $6.000). Es su presentación número 538 de los llamados "lunes brassensianos", iniciados hace catorce años. Pero no será, esta vez, Georges Brassens el hombre más importante de la noche, sino el folclorista, autor y profesor normalista chileno Rolando Alarcón.

"No lo conocí en persona, pero siempre me acompañó. A los quince años aprendí a tocar 'Doña Javiera Carrera'. Hace poco me enteré de que 'San Pedro trotó cien años', un trote que siempre cantamos con mis hermanos, mis primos y mi mamá -de 82 años- al piano, era de Rolando Alarcón", cuenta Peralta, quien sumará a Felo, Max Berrú y Rafael Manríquez al concierto de recuerdo del músico. Alarcón murió el 4 de febrero de 1973, hace justo cuatro décadas. Tenía 43 años.

Figura invisible

"Veníamos con Rolando de una gira por el norte, que en esa época se realizaban en una micro Matadero Palma. Llegamos hasta Arica tocando para los mineros, obreros y trabajadores", recuerda Carlos Valladares, integrante del dúo Los Emigrantes, que acompañaba a Alarcón en conciertos y en la grabación de sus últimos discos. "Él tenía una úlcera mal cuidada que se agravó en ese viaje, porque teníamos que empujar la micro para que partiera cada vez. Lo llevaron de urgencia al Hospital del Salvador. Murió unos días después", dice.

Rolando Alarcón es uno de los nombres más importantes de la música folclórica chilena desde los años 50, aunque a oídos del público siempre estará detrás de Víctor Jara, Ángel Parra y Patricio Manns, sus compañeros en la antigua Peña de los Parra. "Es una figura invisible del repertorio chileno. Sus canciones son mucho más conocidas que él mismo", apunta el periodista Manuel Vilches, coautor junto con Valladares de su biografía "La canción en la noche" (Quimantú). Publicada en 2009, agotó en un breve lapso todos los ejemplares, por lo que la dupla de investigadores anunció una nueva edición corregida para mediados de 2013.

"Alarcón es un hombre muy útil para entender la música chilena de raíz folclórica, porque participó de los tres movimientos más importantes de esa época", dice Vilches. Primero con sus trabajos en la proyección folclórica como integrante del conjunto Cuncumén; después como autor de canciones que interpretaron las principales figuras del Neofolklore, y finalmente como uno de los miembros más determinantes de la Nueva Canción Chilena.

"Con Cuncumén recopilaba música centrina, aunque en su último disco se fueron al norte y al sur. Así aprendió cachimbo y trote con Calatambo Albarracín, y pericona y sirilla con Gabriela Pizarro y Héctor Pavez, que le sirvieron después para escribir sus propias canciones . Ya estaba medio hastiado de la tonada y la cueca: casi no volvió a componer en estos ritmos", señala Vilches.

Desde que comenzó a recopilar y componer, lo hizo con miras a la educación. "La prueba más palpable de esa idea es que la mayoría del repertorio que hoy tienen los maestros en las escuelas está basado en las danzas y canciones que él difundió", dice Carlos Valladares. Manuel Vilches agrega: "En todas las representaciones escolares de Chile se baila 'Mi abuela bailó sirilla'".

El disco que viene

El cachimbo "Si somos americanos" es la canción más importante de Alarcón. "Muy pegaditas vienen después 'Doña Javiera Carrera', que grabaron Los Cuatro Cuartos, y 'Mi abuela bailó sirilla', popularizada por Las Cuatro Brujas", dice Manuel Vilches. También están el parabién "Mocito que vas remando" y "Yo defiendo mi tierra", un brote de lo que será la Nueva Canción Chilena, grabada por Isabel y Ángel Parra.
Parte de ese repertorio estará en el disco "Tenemos las mismas manos", producido por Vilches. Allí aparecerán Cuncumén, Max Berrú y Napalé, además de figuras de la actual generación. El disco será editado este año.

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