sábado, julio 28, 2012

Max Valdés y su férrea defensa de la música chilena

El Mercurio


Su labor será reconocida por la Academia de Bellas Artes, que lo nombrará miembro correspondiente el lunes. Y el próximo viernes y sábado dirige a la Orquesta Sinfónica de Chile en obras de Letelier, Soro y Cotapos.  

Romina de la Sotta Donoso

En diciembre, la Academia Chilena de Bellas Artes destacó la trayectoria y la difusión mundial que ha realizado Maximiano Valdés del repertorio chileno y latinoamericano, otorgándole el Premio Domingo Santa Cruz. Y este lunes, lo nombrará miembro académico correspondiente de Chile en Puerto Rico, donde reside.

"Esto permitirá el establecimiento de una relación más fluida entre lo que yo puedo ofrecer en mis programas en Chile y en el extranjero, y lo que la Academia puede someter a mi consideración en términos de partituras", adelanta.

Durante toda su carrera, Valdés ha tenido un real compromiso con darle más presencia a la música chilena. Esto se ha expresado en la colaboración permanente con intérpretes nacionales y también, por ejemplo, en la inclusión de obras de autores como Juan Orrego-Salas, Alejandro Guarello y Enrique Soro, en el Festival Interamericano de Puerto Rico, que dirige.

Y por lo mismo es que el viernes 3 y sábado 4 de agosto dirigirá a la Orquesta Sinfónica de Chile en un programa exclusivamente dedicado a la música chilena (19:30 horas, Providencia 043).

Con la Camerata Vocal de la U. de Chile y la soprano Carolina Muñoz como solista, se conmemorará el centenario de Alfonso Letelier con "Vitrales de la Anunciación". Obra en la cual, según Valdés, "conviven la tradición europea de la música polifónica, en el tratamiento contrapuntístico de las voces instrumentales, y un coro que tiene una característica más bien popular".

Se sumará "Balmaceda" de Acario Cotapos, con Hugo Medina como narrador. "Cuando recibí la partitura me puse turnio (ríe). Es de una dificultad enorme. Se acerca a lo que fue el primer Mussorgsky o a esos pintores que no tienen relación escolástica con el color. Su frescura es su mayor valor, y la fuerza de sus ideas es enorme", asegura, y aclara que la "Sinfonía Romántica" de Enrique Soro, "por mucho tiempo fue considerada la sinfonía más importante escrita en Chile. Recuerda un poco a Dvorak y a Tchaikovsky, pero en la melodía hay elementos que seguramente vienen del canto popular".

A su juicio, estos tres compositores remiten a "un momento fértil de la música chilena, con gran interés del público y de las instituciones. Dentro del rigor de la escritura musical europea en el que ellos estaban formados se fueron abriendo paso ciertos elementos nacionales, generando identidad".
Debut en el Carnegie Hall

En 2015, con su orquesta, la Sinfónica de Puerto Rico, Max Valdés tendrá una gira latinoamericana, y además debutará en el Carnegie Hall. Y están trabajando en una serie de registros que incrementarán su legado discográfico en Naxos: "En cinco meses debería estar listo nuestro 'Popol Vuh' de Ginastera".

En su agenda, que prácticamente no tiene respiro, destaca su próxima visita a Polonia: fue uno de los cuatro directores invitados -con Lorin Maazel, Lawrence Foster y Antoni Wit- para participar en las conmemoraciones de los 80 años de Penderecki. Le encargaron que dirigiera su Largo para violoncello y orquesta, con el solista Arto Noras. "Acabo de estar con Penderecki, en su casa cerca de Cracovia. Tiene 14 mil árboles que él mismo ha plantado y dice que son su obra más importante (ríe). Está mejor que nunca, lleno de actividades".

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