domingo, mayo 20, 2012

Javiera Parra: “Me daba mucha pena cantar a la Violeta”



La Tercera


Después de tres años de trabajo y a ocho de su última entrega, reaparece junto a Los Imposibles con El árbol de la vida.

por Manuel Maira


El suceso más feliz y el más triste de su vida en medio de un disco. El nacimiento de su primer hijo y, luego, la pérdida de su madre ocurrieron mientras Javiera Parra trazaba el proyecto que, después de varias postergaciones, acabará con los ocho años de silencio discográfico de ella y su banda, Los Imposibles. Pero muchas más cosas pasaron entre El poder del mar (2004) y El árbol de la vida, el disco tributo a Violeta Parra que finalmente, casi cuatro años después de abrazar la idea, tendrá al grupo nuevamente con un trabajo en la calle desde el 25 de mayo.

En 2005, Javiera Parra debutó como conductora en el programa Canción nacional, de Canal 13, y al año siguiente armó el trío Malabia, proyecto que dejó un álbum. Mientras, con Los Imposibles agendaba shows intermitentes y ajustaba las piezas de un elenco que hoy forma junto a Cristián López, Marcelo Filipi, Cuti Aste y Jorge Coyote.

“Aunque la amo, pensé en dejar la música un rato. Amo tocar con mis amigos músicos, me gusta viajar, pero siendo madre, cada vez se hace más difícil sin tener la ayuda de mi madre, me cuesta más desaparecer de mi casa. Aparte de eso, empecé a sentirme lejos del personaje que debe pararse en el escenario y entretener. Después de 20 años, es agotador y uno necesita replegarse, y eso significa cuidar tu jardín, hacer tu casa, criar a tu hijo, vivir la pena, no estar alegre a veces. Coincidió con eso el retardo del disco”, cuenta sentada en un café de Pedro de Valdivia, para poner en contexto las 11 nuevas versiones de temas de su abuela, que son mucho más que un disco. El árbol de la vida es una foto más oscura y compleja de un largo proceso del que se emociona al hablar. Tanto, que en un momento la conversa del disco la quiebra hasta las lágrimas. “La muerte de mi mamá me dejó inhabilitada, me daba mucha pena cantar a la Violeta, porque era un vínculo demasiado directo. Tengo que ser sincera, viví toda la vida con mi madre y fue ella la que me transmitió casi todo lo que sé de la Violeta, era imposible meterme en ese proyecto en ese momento”, explica sobre un extenso recorrido, que hoy la tiene ajustando los últimos detalles del álbum, adelantado a radios a mediados de 2011, con una versión de La jardinera.

“Este disco ha sido tediosamente anunciado para mí, porque salí en portadas anunciando que salía el disco y no salía. Pido perdón, pero la verdad es que la única presión que he recibido ha venido con mucho cariño de nuestros amigos músicos y de la gente que se ha enterado, para ellos terminamos este proyecto”.

Tiempo de cambios

El disco A.M. (2001), y su reinterpretación del cancionero romántico latino, llegó a vender más de 60 mil copias y tuvo en el Festival de Viña de 2002 a Javiera & Los Imposibles en el peak de su popularidad. Eran los años de gloria para las compañías discográficas, que contrastan con un presente donde la gran mayoría de los músicos locales funciona de manera independiente. “Este disco lo grabamos y mezclamos en cinco meses, que era algo impensado en la época de oro de la industria. Ahora todo pasa por uno y eso te da mucha más libertad”, explica acerca de un proceso que la tiene encima de todo. Desde las fotos promocionales que ilustran este artículo hasta la supervisión del arte del álbum.

Otro punto diferenciador es la sonoridad. En vez de la luminosidad de los comienzos del grupo, hoy lo que manda son arreglos complejos y oscuros (ver recuadro). “Nuestra idea es tratar de mostrar un envase más indie o sofisticado, tratar de acceder a las radios en esos códigos, pero sabemos que es improbable. Violeta Parra es una piedra en el zapato hasta el día de hoy para mucha gente”, dice del trabajo que tiene como invitados a Manuel García, su hermano Angel Parra, Angela Acuña, Camilo Salinas y Daniela Rivera.

¿Cambió mucho el proyecto en el camino?
Cuando surgió la idea, estaba en un proceso de irme para adentro, no tenía ganas de tocar en banda. Entonces me había imaginado que iba a ser un proyecto mío, donde iba a invitar gente; incluso, en un momento tuve la posibilidad de hacerlo con Fito Páez, podría haberle pedido a Charly (García) que tocara piano en un tema y hubiera sido súper taquilla, pero evité ser winner con la Violeta.

¿Querías evitar que se pensara que te aprovechabas de la figura de Violeta Parra?
Inconscientemente, no deseaba eso para este disco. Me propusieron hacer cosas más mediáticas, pero evité la parafernalia, por eso los invitados son los amigos que han estado en el camino.

¿Qué lugar te ves ocupando en la escena chilena actual?
Veo un camino mucho menos eufórico, veo mi participación en este escenario nuevo de músicos, ocupando un lugar de trayectoria, donde no tengo que demostrarle nada a nadie, donde no quiero ser una artista pop, donde estoy dispuesta a llegar a menos gente si es necesario. Le puede gustar perfectamente a la gente que le gusta Gepe o Javiera Mena, porque es un trabajo súper hermano en cuanto a sonido, pero llegar a gente que le guste algo más sofisticado, que es lo que estamos haciendo.

¿Qué esperas que pase con el disco?
Nosotros hicimos un disco con una muestra de canciones de Violeta Parra, con un sonido muy innovador, y si eso hace que Violeta vuelva a sonar en la radio o que más gente conozca las letras o que se interesen en escuchar su obra, estamos.

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