sábado, febrero 04, 2012

Ana Tijoux: "Alguien así no puede ser Ministro de Cultura"


La Tercera

La figura solista más internacional de la música local habla de su presente, la repercusión de su disco y sobre el estado actual de la Cultura en Chile.

por Claudio Vergara

Hacia mediados de la década pasada, Ana Tijoux (34) estableció su futuro bajo una sola decisión posible: "matarse". "Me mire y me dije: me voy a matar. Quería desligarme para siempre de la imagen de Makiza. Me voy a matar y voy a hacer lo que nadie espera que haga: un disco de pop", recuerda, definiendo el sentido metafórico de su "suicidio" y en alusión a su debut en solitario, Kaos (2007). "Necesitaba decir: a la mierda todas mis expectativas y lo que esperan de mí, porque Makiza era Makiza y esto hay que cortarlo de raíz. Me maté súper asumida y con ene costos", continúa la cantante. El ejercicio kamikaze de Kaos dio paso a otra alegoría: la de 1977 (2009), su segundo título y el trabajo que bautizó con su fecha de nacimiento para ilustrar resurrección y nueva vida desde los escombros. Como un trozo real dentro de tanta metáfora, la producción significó la escalada de una carrera que la volvió a situar en los espectáculos masivos, los elogios de la crítica y el circuito foráneo.

Un proceso que, en el último mes, disfrutó de un ascenso sin retorno. Su notable último álbum, La bala, editado en la última parte de 2011, fue calificado por el periódico L.A. Times como su obra magna y el disco más suntuoso del rap en español. Con una repercusión relativa en el mercado local, la pieza salió en EE.UU. esta semana y debutó en el número uno de iTunes Latino Top Reggaeton y Hip-Hop y quedó en el Top 10 del ranking latino. Hoy es la figura solista más internacional de la música chilena. "Jamás pensamos que esto iba a pasar", dice.

¿Se siente más valorada afuera que en Chile?

Acá soy muy valorada por la gente, que es lo único que me importa. Si no, haría música para publicidad. Pero que me den más espacio afuera que acá lo encuentro irónico, súper chistoso, estar en el fin del mundo y que mi disco aparezca más en un periódico de Chicago o Boston... lo agradezco, pero también es una dualidad.

Con la resonancia de sus discos, ¿por qué casi no suena en radios?

Es así, y la verdad me da lo mismo. Sí, voy a ser honesta: me lo he cuestionado..., pero ¿qué no cumplo? Cuando hice 1977 y lo llevé a radios, en muchas me dijeron: 'esto es muy hip hop para la radio'. En otras después me decían: 'esto es muy indie'. Siempre hubo un "pero", y cuando me nominaron a los Grammy, esos mismos se acercaban y me decían 'yo sabía que el disco era bueno'. Y me daban ganas de reírme en sus caras. Pero no me enojaba, porque iba a perder energía que no tenía ganas de perder. Con artistas visuales o deportistas el tema ha sido peor. Pero es algo general, acá hay una cantidad enorme de músicos talentosos y las radios no dan cuenta de eso. ¿Cacharán lo que es Chile? A mí me da mucha risa esas radios que no tocan música nacional, porque quieren sonar como si estuvieran en Londres o Nueva York. ¡Entonces, ándate pa' allá, poh!

¿Con La bala le pasó algo parecido?

No, ni siquiera escuché lo que dijeron. Ya ni siquiera me di el proceso, porque no puedes hacer música sólo para esperar que te toquen; tienes que hacerlo porque lo necesitas; después, lo que pase con eso, es ajeno a ti. Pero no me preocupa ni me afecta en nada, ya que puedo seguir haciendo cosas y tocando. No existo gracias a los medios. Es súper sano que las radios y los diarios no definan lo que la gente escucha, porque se genera esta situación contraria.

¿De qué manera el ruido de 1977 ha condicionado este nuevo álbum?

Había una presión por hacer el disco nuevo y, en mi caso, por no repetir la fórmula de 1977. Pero justo coincidió con un momento de mucha gira internacional, de dormir tres horas, de escribir quedándome dormida arriba de la mesa y sin el silencio para hacerlo. En un momento del año pasado, todo era como 'lo que más necesito es silencio'. Aparte, todo el mundo me decía cosas tipo: 'Ana, tu próximo disco debería ser así' o '¿no has pensado hacerlo con Thom Yorke?' '¿o con David Byrne?' '¿o con los Talking Heads?' o bla, bla, bla.

¿Cómo logró ese instante tras la nominación a un Grammy o la participación en ambos Lollapalooza?

Me costaba mucho escribir en giras. En EE.UU. está lleno de medios y te llaman a la hora que quieren. No tenía espacio ni siquiera para descansar. Obviamente, me estresó, estaba de mal humor y sólo decía ¡déjenme en paz! No quería más entrevistas. Era agobio y necesitaba respirar para saber qué quería y cómo lo quería decir. Entonces, durante tres meses me encerré en una pieza con mi productor, tomando mate y leyendo el diario. Hasta regalé mi tele. No quería ver tele, ya no la tengo y sólo veía Cuevana o documentales.

¿Nunca pensó en radicarse fuera?

Lo pensé, pero después preferí que no. Hasta me lo propusieron, pero preferí que mi hijo (Luciano) crezca aquí. Y no por ser nacionalista o algo así, porque todo ese rollo de la bandera me importa un rábano, sino porque creo que aún hay muchas cosas por hacer en el país. Y con lo que tengo puedo vivir bien, sólo soy burguesa con el café y el perfume (risa).

Su álbum incluye un tema donde samplea una frase de Luciano Cruz- Coke y critica que el Ministerio de Cultura no le haya dado un fondo, argumentando "falta de proyección".

Sí, es que además yo lo miro a él y recuerdo lo patético de su banda en Extra jóvenes y digo: alguien así no puede ser ministro de Cultura. O sea, ¿tienes un montón de mejor gente y lo pones a él? ¿Qué ha hecho por la cultura? Sé que fueron jurados los que me rechazaron el fondo, y es cierto que pude personalizar mi rabia en Cruz-Coke, pero para mí es la punta del diamante de todo, como el Bush de la cultura. Ni siquiera me dieron un argumento aceptable. Además, si a mí me rechazan, ¿qué le queda al resto? Me mandaron cartas para que bajara el tono de la polémica, pero nunca tuve pensado hacerlo.

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