sábado, enero 14, 2012

Tres compositores chilenos van al mayor festival de música actual

El Mercurio

Rodrigo Cádiz, Pedro Álvarez y Miguel Farías fueron seleccionados. Dos de las obras son para ensamble, y la otra, para una orquesta de robots.

Romina de la Sotta Donoso
Hasta hoy, lo habitual era que una obra representara a nuestro país en el World Music Days.

Sin embargo, para la edición que se realizará en noviembre en seis ciudades belgas, fueron seleccionadas tres composiciones nacionales. "Esto no había pasado nunca. Las tres están muy bien escritas", dice Alejandro Guarello, presidente de la SCD, entidad que por primera vez está a cargo de la convocatoria.

"Son las Olimpíadas de la música contemporánea. Duran diez días y hay desde ópera y música de cámara, hasta electrónica e instalaciones sonoras", explica. Y agrega: "estamos esperando el resultado de las postulaciones para 2013, y en marzo se abrirá la convocatoria para 2014".

Dos de las obras chilenas elegidas son para ensamble. Una de ellas es "Interalia", de Pedro Álvarez (1980). "La escribí por el cumpleaños número 60 de James Dillon, compositor escocés que fue profesor mío. Sólo ha sido ejecutada en ámbitos académicos, éste será su gran estreno", cuenta Álvarez.

La otra, "Estelas", de Miguel Farías (1983), ya fue estrenada en el estudio de la Radio Suisse Romande en Suiza.

"La escribí casi completa en los viajes en tren entre Lyon y Ginebra en una época en que hacía mucho ese trayecto. En la pieza, un elemento principal son las estelas de notas que quedan resonando y que cruzan toda la obra", explica el músico.

También fue elegido Rodrigo Cádiz (1972), quien asumió la más singular de las misiones: componer para "The Man and Machine Robot Orchestra", de la Fundación Logos.

Una orquesta de robots estrenará su obra, "Project for Logos".

"Son unos 45 robots que producen sonidos en base a diferentes mecanismos, muy parecido a lo que es una orquesta real", explica. "Cada uno de los robots tiene su registro, forma de articulación y timbre particular, y si bien son controlados mediante señales eléctricas, producen sonido de forma totalmente acústica, tal como sucede en una orquesta real".

Este desafío calza con su perfil, pues es uno de los pocos compositores latinoamericanos que se han formado a nivel doctoral en el área de la tecnología musical. "Tener a mi disposición una orquesta entera de robots es simplemente alucinante. Espero que la obra sea del interés de los asistentes al festival en Bélgica, ya que me imagino que no tendré la posibilidad de presentar esta obra en Chile".

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