viernes, agosto 26, 2011

Luis González toca en Sala La Capilla: El sonido sagrado se escucha en el Municipal

El Mercurio

No sólo es organista. También es compositor, restaurador e investigador. Este domingo ejecutará transcripciones para órgano de Liszt.

IÑIGO DÍAZ
"Las dos máquinas más complejas que ha creado la mente humana son el reloj y el órgano". Así lo define un adagio previo a la era digital, recogido por el organista, investigador, compositor y restaurador Luis González Catalán (1946), uno de los últimos expertos en la arquitectura, la ingeniería y el arte del órgano de tubos.

Actualmente instruye a doce alumnos entre Santiago, Casablanca y monasterios de carmelitas en Viña del Mar y Auco, y es, además, organista en cuatro iglesias.

"En el Concilio Vaticano II se señala específicamente que el 'organum tubulatum' es el instrumento propio de la liturgia", dice. "Y la paradoja es que en la única iglesia donde puedo tocar uno es en la luterana 'El Redentor' de Santiago".

A las 12:00 horas del domingo, en un instrumento digital eso sí, González Catalán dará un concierto en la restaurada Sala La Capilla del Teatro Municipal.

El programa incluye transcripciones para órgano realizadas por Franz Liszt de obras de Chopin, Arcadelt, Verdi, Wagner y Bach. A este último lo define como "el más grande organista de la historia de la humanidad. Primero como compositor, luego como improvisador y finalmente como experto fabricador. Su música sacra está escrita para órgano, y el órgano, como ha dicho el párroco de la iglesia Santa Clotilde de París, es la voz de Dios", dice.

Para celebrar el bicentenario del nacimiento de Liszt, González Catalán tiene previsto ejecutar el ciclo completo de sus piezas para órgano, tal como lo hizo para el centenario de su muerte, en 1986. "Lo hago para llamar la atención sobre su importancia como autor, y porque los organistas somos una especie en extinción. Las guitarras son las que nos han desplazado de las iglesias", bromea.

González Catalán, de hecho, estima en no más de quince los organistas activos en Chile, mientras su catastro arroja la cifra de 109 órganos en el país: "El más antiguo es el instrumento pequeño de la Catedral de Santiago, que si bien ha sido restaurado en el interior, su mueble sigue siendo el de 1760".

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