miércoles, abril 06, 2011

La reconstitución del jazz chileno

 

El Mercurio
Exposiciones, postales y libros son el resultado del ímpetu de una nueva generación de retratistas.

IÑIGO DÍAZ
Desde los tiempos de la Orquesta Huambaly, hacia 1954, que Lucho Córdova no se sometía a una sesión fotográfica tan cabal. Ocurrió en diciembre, con el músico de 89 años nuevamente sentado en su batería. El autor de esas imágenes es Cristián Soto López (39), un diseñador que ha explorado la fotografía musical con su Nikon.

Soto no es el único que está registrando todas las semanas a los músicos en acción. El jueves se inaugura en Goethe Institut "Intervalo de silencio", la primera muestra individual de Melissa Morano (26), quien presenta 25 imágenes.

"El jazz es una música que se basa en la improvisación. Así como un tema jamás se interpreta de la misma manera, el fotógrafo tampoco puede tomar la misma foto dos veces", dice Morano, quien en agosto de 2009 coincidió con Alexis Díaz (33) en la sesión "Un gran día en Santiago", una foto que emulaba la histórica imagen del estadounidense Art Kane: un retrato masivo de jazzistas en Harlem, en 1958.

"Eso se convirtió en una muestra de una semana en el Bistrot Jazz Club. Todo lo contrario a la exposición de mis fotos en el club Thelonious, que iban a estar dos meses, y ya llevan cuatro años", apunta Díaz.

Ha trabajado también en documentales de jazz y en discos locales: "El primero que hice fue 'Perdidos en Londres' (de Cuturrufo). He fotografiado a músicos actuales, como Quintessence y Contracuarteto, pero creo que estamos en deuda con los jazzistas de la vieja guardia".
Para eso piensa editar un libro. Cuenta con material de sobra de músicos en vivo y detrás de las bambalinas, "el lugar donde ocurren las mejores cosas", dice. Es el mismo plan que tiene en mente Soto López. Su meta es llegar a 40 sesiones y editar un libro en 2012. "Recién llevo seis", adelanta.

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