domingo, marzo 06, 2011

En el mundo de Violeta Parra


La Mañana Neuquén
De espíritu inquieto, la compositora Carmen Baliero se animó a bucear en la poesía de la cantautora chilena musicalizando por primera vez la obra completa de "La centésima del alma". La pianista, que contó con el acuerdo de Isabel Parra (hija) para realizar este espectáculo, se presentará el próximo martes, a las 21, en La Conrado Cultural, Neuquén, Argentina.


Al otro lado del teléfono y a casi 1.200 kilómetros de esta ciudad, Carmen Baliero se dispone a hablar. “Dame un segundo así nos ponemos cómodas”, dijo, y ese verbo inclusivo a pesar de la distancia espacial fue una invitación a entrar en su mundo sin mayores requisitos que disponer los oídos.
Baliero, compositora, pianista y artista multifacética, vive de la docencia y se regocija en la libertad de poder crear a su antojo, sin restricciones ni fórmulas, escudada en la autodefinición de “psicótica” que la ampara de cualquier estructura y la lleva a cruzar los límites de la previsibilidad. Es que ella maneja su propia racionalidad. La del impulso, la espontaneidad, la honestidad artística y creativa que la llevan a poder componer desde una obra para piano o música para cine y teatro, hasta un concierto de bocinas o una pieza para tres máquinas de escribir.
Siempre “al límite” y multifacética, como manifiesta, y “emparentada” con la “resistencia física” que le atribuye a Violeta Parra en cada canción, la compositora de 47 años, se dispuso a ejecutar su piano en “La centésima del alma". Y fue en este gesto -necesario y exploratorio- que se musicalizó por primera vez, y bajo la autorización de Isabel Parra (su hija), la obra completa de la cantautora chilena.
Toda una rareza en el quehacer artístico de Baliero, no sólo porque nadie del entorno familiar de Parra se había dispuesto a culminar este poema, sino porque la compositora nacida en Buenos Aires no suele musicalizar. "Porque justamente una poesía tiene música propia".
Pero según cuenta esta artista, quien el año pasado presentó en La Plata un proyecto musical y cinematográfico llamado “Cine accidental” (ver aparte), lo que sucedió con el texto de la “impulsora” de la música popular chilena es que su gran complejidad estructural y poética le generó una “imperiosa necesidad de musicalizarlo”.
“No es que quise rendir un homenaje a Violeta Parra, sino que cuando escuché una entrevista hecha, creo que en el ´58, en Radio Universidad Chilena ‘La centésima…’ entró en mí. Y a partir de ellas Violeta ocupó otro lugar en mi vida”, dijo la pianista varias veces nominada y ganadora de distintos premios ACE (Asociación de Cronistas del Espectáculo) por sus composiciones para teatro.

Poética infinita
"La centésima del alma" es una poesía escrita en décimas (ver aparte), en las que se va numerando cada verso hasta llegar al 300. Cada uno de estos dígitos más allá de contabilizar las unidades rítmicas que conforman el texto, forman parte del sentido poético, dando pie a un sinfín de temáticas que a veces se presentan como síntomas autobiográficos de Parra, y otras veces como preocupaciones, sentires o datos históricos.
“Es muy complejo, porque es una obra estructurada en décimas, donde el número es protagonista a su vez que nexo disparador de relaciones temáticas. Tiene diferentes capas. Una es el número, otra es el amor, otra es la independencia de Chile, otra el esfuerzo, otra su hermano, otra sus engaños, sus mudanzas”, comentó Baliero sobre los diferentes tópicos que recorren los 600 versos del poema.
“Creo que debe haber habido un pensamiento automático que, en seis horas (el tiempo que le llevo a Parra escribirlo), le iba disparando temas. Cuando lo descubrí me hizo pensar mucho en la caja china: que tiene una caja dentro de otra. Porque el poema en sí mismo tiene millones de poemas. Esa refractariedad infinita”, desarrolló la artista que ha pisado reconocidos escenarios, entre ellos el del Salón Dorado del Teatro Colón.

Compartimentos
Justamente esta diversidad temática y sus variaciones dramáticas, a la manera de un filme u obra teatral, fueron las que dieron pie a que Baliero, sin “emular” ni “imitar” construyera su propio relato musical, signado por múltiples matices.
“Es como si hubiera compartimentos de la cabeza de Violeta Parra que van cambiando de clima. Y cuando uno ve la letra escrita, presiente el clima y la música me permitió agudizarlos. Porque no es lo mismo cuando se refiere al esfuerzo que le llevó terminar el poema, que cuando habla del cura y las mojas mantenidas por el fisco. Todo eso tiene algo del sainete y una humorada que no es la misma música que de otras décimas. Tiene cosas existenciales, cosas amorosas, que me permitían ir como transitando otros colores y sin moverme mucho, y como acompañando la cabeza de ella”, continuó la artista que entre bromas y risas, reiteró el carácter pulsional y “poco práctico”, que gobierna su creatividad.
Sobre el estilo musical que eligió para completar “La centésima del alma”, de las que únicamente Tita Parra (nieta) registró una versión incompleta y electroacústica en 1998, Baliero aseguró con convicción que “tiene que ver con Violeta claramente. Me inspiré un poco en las anticuecas (estilo ‘inventado’ por la compositora de “Gracias a la vida”) y en su forma de tocar, que tiene algo medio de desparpajo”, consideró la pianista que presentará por segunda vez este espectáculo cuyo “inusual” estreno fue en La Pampa.

Descentralizar
Así como la pianista argentina hace una declaración de principios implícita al poner en su boca las palabras de Parra, así también y en un instante ‘vomita’ sus críticas verdades sobre un dispositivo ‘consagración artística’ que pone como epicentro y lugar privilegiado a Buenos Aires.
“Cuando me preguntaron en La Pampa ‘¿por qué estrenar acá’?, yo contesté ´¿por qué no?´. Hay algo elitista en lo que pareciera que la mirada capitalina fuera más exclusiva que las demás. Me impresiona un poco, porque hay como una puesta en escena, una metrópolis cultural que llega solamente hasta la General Paz. Presupone que no hay una voz en el interior, es como si fuera solo una absorción pasiva de lo que transcurre en la capital”, arremetió la mujer que cuenta con cinco trabajos discográficos, el último de ellos, “te mataría”, grabado en 2007 en su propio sello, Bonobo.
Parte de ese quiebre y esa fisura que intenta provocar seguirá su camino por esta ciudad. De esta forma el público local no sólo será testigo privilegiado de la obra que Baliero pretende dejar registrada en formato DVD, sino que además será partícipe del estreno de “Rita 3”. Esta es una suerte de trilogía ´músico teatral´, que la pianista viene desarrollando desde sus primeros discos y que continúa con una nueva composición que no ha sido estrenada y menos aún registrada.
“Voy a tocar cosas mías también. Va a intervenir una actriz, Nadia Grandon, que la invité para esta presentación. Hay un personaje que se llama Rita que está en el primer disco, que consiste en una mujer a la que le tocan el timbre porque tiene una cita y nunca consigue salir porque se le corre la media, o no encuentra la pulsera, etc. Lo que termina ocurriendo es que en realidad salen las pestañas, los ojos, la pintura, la sonrisa…Todo, menos Rita. Es una reflexión sobre la propia mirada de la mujer de sí misma, donde siempre hay una dependencia muy grande de la mirada ajena”, criticó.

Vértigo dramático
"Rita 3" reunirá tres temas instrumentales con fuerte carga dramática que, según ella misma explica, “tienen cierto clima de comic. Es muy vertiginoso, como la música del Batman en blanco y negro, que tiene ruidos de interferencia muy lindos cuando pelea”. Emulando esa estética, la actriz tocará distintos objetos haciendo el sonido incidental.
Luego de esta incursión y como antesala de “La centésima...”, Baliero compuso un tema titulado “Un hombre”. Que viene a suplir el número uno, ausente en el poema de la cantauora chilena.
“Porque la centésima empieza con ‘Una vez que me asediaste…’, entonces no está el número uno. Por eso hice este tema”, especifica sobre el origen de la canción que habla sobre un hombre que vivía en la calle y que ella observó desde su ventana.
“Siempre lo veía dormir en la calle. Y pensaba que la gente no mira por pudor o por indiferencia total. Que alguien sabía de él, aunque parezca que no tiene ni pasado, ni futuro, ni presente. Entonces empecé a hacer un tema que tiene que ver con un hombre, que tiene un solo sueño y que termina en un puente pianístico que deriva en Violeta Parra”, adelanto la compositora que desde su espontaneidad deja traslucir un ideal político y artístico.
“No me interesa llenar un Luna Park. A veces me enojo conmigo misma por mi incapacidad de llevar lo que hago a un terreno no mas comercial sino laboral, en el sentido de vivir más tranquila con eso. Pero hace muchos años que trabajo de esto y ya se que existo. En definitiva es lo que uno quiere, existir. Gozo de reconocimiento porque se lo que hago y porque tengo la seguridad de que lo hago honestamente. No necesito nada más”, resumió la mujer que está urdiendo un nuevo plan con 17 máquinas de escribir. (A.N)

Para agendar

Carmen Baliero se estará presentando el próximo martes en la sala teatral La Conrado Cultural (Irigoyen 138), a las 21. En su primera visita a esta ciudad la artísta subirá sola a escena con su piano para desandar "Las centésimas del alma", de Violera Parra. Durante esta actuación además presentará por primera vez "Rita 3" y algunas canciones de su último disco: "Te mataría". La entrada tendrá un costo general de $30.

Las décimas

La décima es una de las formas estróficas que llegó con los españoles y que tuvo mayor arraigo y amplia distribución en toda Latinoamérica, siendo especialmente significativa en la poesía popular y rural. Su definición hace alusión a la medida métrica de los versos, agrupados en grupos de diez y que la mayoría de las veces son improvisados. A veces es cantada pero en general se trata de un relato apoyado rítmicamente. El esquema trabajado en octosílabos rima los versos de la siguiente forma: A B B A A C C D D C.

Accidental

Baliero se reparte entre distintas actividades, todas ellas vinculadas a lo musical y predominantemente en términos compositivos.
Lo último en lo que estuvo trabajando fue una obra que incluye la película titulada “Cine accidental. La vieja carrera”, en la que la pianista recogió los filmes que quedaron inconclusos cuando el golpe militar del ‘76 dispuso cerrar la carrera de cine en la Universidad Nacional de La Plata. De esta forma, y entrelazando imágenes documentales, construyó una propuesta visual que acompaña las situaciones sonoras creadas por un ensamble musical ejecutado en vivo.
“Esa carrera fue literalmente desaparecida, no es que fue intervenida como en otros casos. Entonces cuando me llamaron para inaugurar un festival de cine en esa ciudad me puse a pensar que seguramente el día que la cerraron alguien seguro estaba filmando. Así fue que empecé a buscar material y encontré alrededor de 11 películas sin terminar. Junté los pedazos, inclusive las partes quemadas, y las edité con Ian Kornfield, que las limpió y digitalizó. Así uní las películas en una especie de diálogo, e hice la música en vivo”, comentó.

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