domingo, octubre 24, 2010

Muertos vivos

Muertos vivos

La Nación Domingo
El Premio Nacional de Literatura revive con su voz a personajes militantes, comprometidos y cercanos a la imprenta. El papel no se acaba y la historia queda guardada en las páginas de un volumen que además relata vidas de torturados, detenidos y desaparecidos. Mientras, su autor prepara una biografía de René Largo Farías.


Salvador Ocampo fue dirigente obrero, senador del Partido Comunista y a los 14 años tipógrafo del diario El Socialista de Antofagasta junto a Luis Emilio Recabarren. Un perfil lo presenta, y una entrevista lo revela como uno de los grandes personajes ocultos de Chile del siglo XX. Conversación que parcialmente transmitió Radio Moscú en los ’70.

“Como un Don Apacible” se llama el artículo literario que abre “Los tenaces” (Lom Ediciones), el nuevo libro del Premio Nacional de Literatura, José Miguel Varas, quien reúne además una serie de crónicas donde la militancia, el compromiso social, la imprenta como un oficio de valientes, son el espíritu que viene a confirmar que Varas va contra la corriente y no renuncia a sus principios de escritor.

En “Los tenaces” se rescata también la figura de Américo Zorrilla. “Don Américo era lacónico, no se sabe si por sus altas responsabilidades políticas o por su pasado tipográfico. O porque era así nomás, callado de nación”, escribe Varas en la crónica titulada “Don Américo”.

Y así continúan los testimonios de los hermanos Soria, Carmelo y Arturo. Y de Carmen Vivanco, quien en “tres días de agosto de 1976 la DINA se llevó a su esposo, su hijo, su hermano, su cuñada y su sobrino”.

PERIODISMO DIGITAL

-¿Por qué le interesaron estos personajes?

-Por la tradición obrera que representan, que se reflejó por ejemplo en el tema de los mineros ahora último, y no en el circo que hubo en su entorno. También es rescatar valores que no están de moda. Yo hice primero periodismo radial y luego prensa escrita. Me identifico con ellos.

-“Los tenaces” es también un homenaje a la imprenta y su oficio.

-Siempre me sentí muy identificado con el trabajo de imprenta como el de entonces, con tinta y el olor a antimonio y plomo. La curiosidad de la linotipia. La sabiduría artesanal.

-¿Y qué opina del libro digital?

-Nunca he visto uno. Pero el libro en papel tiene muchas ventajas, se puede llevar a cualquier parte en el bolsillo, no necesita batería, ni pilas ni cargarse.

-Volviendo al libro, de corte político, ¿cómo ve el panorama actual?

-Lo veo complicado y con preocupación. La situación de los trabajadores es muy mala en Chile, hay una gran cantidad de gente que no tiene contrato. Esto que ocurre ahora con la Farmacia Ahumada es terrible. Sus trabajadores están en huelga, ya que el sueldo base de algunos es de $30.000, y el resto son comisiones y con eso llegan al sueldo mínimo.

-La noticia no aparece en la televisión por los avisadores que son las mismas farmacias.

-El otro día en la radio un entrevistador comenzó a hablar del tema, dijeron que no lo censurarían, pero inmediatamente el periodista le hizo otra pregunta. Esa es la realidad del periodismo. Hay poca independencia.

-¿A usted le pareció justo la entrega del Premio Nacional de Literatura a Isabel Allende?

-Ella es una escritora profesional y tiene una notable capacidad narrativa. No todos sus libros me gustan, y no los he leído todos porque sería muy difícil por la cantidad. Ahora, fue muy triste la forma en que se dio el premio. Que la Cámara de Diputados cometa la tontería de adoptar un acuerdo para recomendar un nombre al Premio Nacional es una presión indebida sobre el jurado. Entonces el día de mañana el Regimiento Buin va a adoptar un acuerdo para que le den el premio a tal escritor ¡O la Corte Suprema! (Se ríe). Para eso existe un jurado.

-¿Usted está preparando otro libro?

-Sí, preparo una biografía sobre René Largo Farías, es una deuda moral. A él lo mataron en 1991, en democracia, pero quienes lo mataron venían trabajando el crimen desde la dictadura, un crimen que nunca se ha aclarado. René creó un programa radial, “Chile ríe y canta”, y creó una peña con el mismo nombre, uno de los pocos escenarios donde podían presentarse artistas chilenos. En esa peña se presentó por primera vez Patricio Manns, Víctor Jara, Inti-Illimani, Margot Loyola, la Nueva Canción Chilena. En eso estoy. LCD

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