domingo, septiembre 20, 2009

Mario Rojas, el activista del folclor popular chileno

El cantor y productor musical más activo en este campo en los últimos años revisa el redescubrimiento reciente de las expresiones folclóricas en Chile. "Ha sido un proceso que posiblemente va a continuar por varios años", dice.

DAVID PONCE
Fue el primero en subir el pasado jueves 17 a tocar en el encuentro masivo "Empezó la Fiesta Bicentenario", al frente de un elenco de cuequeros jóvenes y con el Palacio de la Moneda como telón del fondo. Mario Rojas, cantor y productor musical, se ha dedicado a difundir nuevas manifestaciones del folclor chileno en los últimos años, y ese día además fue un síntoma de la revaloración de esas expresiones, al inaugurar con cueca tradicional el acto más oficial del Bicentenario.

"Fue la oportunidad de mostrar lo más joven que hay en la cueca, con grupos que al mismo tiempo en sus voces recuerdan algo muy antiguo, ese contraste maravilloso que marca lo que está pasando", dice el cantante acerca de ese fenómeno de recuperación. Y la tendencia vale no sólo para la cueca, sino en general para otras vertientes como la música nortina, la paya, el guitarrón, el canto campesino y el canto a lo poeta.

"Ese interés que se ha producido es indiscutible; este año ha sido particularmente destacada la cueca brava como el espíritu de la música chilena", comenta Rojas, aunque ha habido hitos previos como la popularización de la cueca por Los Tres o Daniel Muñoz y el resurgimiento del longevo conjunto Los Chileneros. "Ha sido un proceso que posiblemente va a continuar por varios años. En una chilenidad como la que tenemos, marcada por un afán educativo de entender el folclor como algo patriótico, va a tomar tiempo que la gente considere que estas expresiones son música popular como cualquier otra".

Almácigo musical

Pruebas del trabajo de Rojas en este campo están en su propia actividad como cantor, en la creación del sitio cuecachilena.cl y en la producción de diversos discos para el sello Chile Profundo, una colección musical que se inauguró en 2005 al alero de la Corporación del Patrimonio Cultural de Chile dirigida por la gestora cultural Cecilia García-Huidobro.

Son parte de ese catálogo grabaciones de creadores tan diversos como el conjunto porteño Los Afuerinos ("Valparaíso, magia y sentimiento", 2005), el músico nortino Claudio Araya ("Comparsa Huara", 2006), el propio Rojas en su disco "El ángel de la cueca" (2007) y el músico de fusión mapuche Ernesto Holman ("Mari tripantu...", 2008), entre otros.

"Detrás de ese catálogo está la idea de mostrar diferentes expresiones de la música chilena, con ciertas tradiciones y sobre todo con algún elemento de vanguardia", explica. "Es el caso de Ernesto Holman, de 'El ángel de la cueca' y de 'Comparsa huara'. Son tres elementos de la música chilena expresados de una manera vanguardista: la música mapuche, la cueca brava y la música andina".

El productor también ha trabajado con raíces más puras, como en la poesía mapuche de Lorenzo Aillapán y la tradición de las cantoras de rodeo con Tilita González. Y otro de esos discos, basado en adaptaciones de músicos urbanos para poemas inéditos de Gabriela Mistral, se llama "Almácigo". Y de eso se trata la tarea, concluye Mario Rojas: tiene que ver con semillas. "En el pasado la cueca o las tonadas fueron parte de la música popular, con el Dúo Rey-Silva, con Los Perlas, con Silvia Infantas. Este es un semillero como para hacer germinar una nueva mirada de la música popular con elementos de la tradición folclórica chilena".




Raíz profunda, discos nuevos: una selección

Lejos de estar guardada en un museo, la raíz tradicional no ha parado de motivar a músicos nuevos y experimentados a construir un valioso catálogo de discos recientes. Entre esos diversos puntos cardinales figuran la recopilación campesina del conjunto Paillal en "Entre huaras y arrechunches" (2007), el tesoro recuperado del músico chilote Amador Cárdenas en "Primeras interpretaciones" (2006) y los ritmos nortinos de Manka Saya en "Surcos morenos" (2001).

La raíz del canto a lo poeta vive en el registro de cantores como Santos Rubio en "Guitarroneros de Pirque" (2007) y en el canto a lo divino de "Décimas a María" (2001). La cueca se extiende entre las nuevas generaciones compiladas en la trilogía "La revolución de la cueca" y gente experimentada como Los Chileneros ("En vivo", 2002), Los Chinganeros ("Cuecas de barrios populares", 2009) y La Isla de la Fantasía ("Memoria porteña", 2002). Y tres de los más significativos legados tradicionales se escuchan en la completa "Antología" (2002), de Los Huasos Quincheros; en el legado del conjunto Cuncumén en "Desde siempre" (2005) y en la historia de Roberto Parra en "Cuando me vine del campo" (2007), en sus propias palabras.

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