lunes, noviembre 17, 2008

Los primeros acordes del rock made in Chile

Libro "Prueba de sonido", de David Ponce

Desde que atracó en el puerto de Valparaíso, en los '50, hasta que se internó en la periferia capitalina en los '80. Origen, pioneros y desarrollo. "Prueba de sonido" cuenta la historia rockera local a través de sus protagonistas. Hoy se presenta en la Feria del Libro de Santiago.

EVELYN ERLIJ

Si se hiciera una encuesta sobre bandas de rock en Chile antecesoras a la década de 1980, probablemente serían pocas las personas capaces de nombrar a algún grupo que no fuesen Los Jaivas, Congreso o los Blops. Algunos quizás mencionarían Aguaturbia, más por el escándalo que causara la foto de desnudo de una de sus portadas, que por el recuerdo de su música.

Esta aparente amnesia colectiva es justamente una de las características de la historia más prematura del rock chileno, años inadvertidos que el periodista David Ponce ha decidido nombrar como la "prueba de sonido" del rock nacional. De ahí el título de su reciente publicación, un extenso trabajo que hoy, después de nueve años de investigación y 420 entrevistas realizadas, sale al mercado a través de Ediciones B.

- Hacía falta no tanto un ensayo, sino un libro de referencia, de información, de más relato que opinión -comenta el autor de "Prueba de sonido. Primeras historias del rock en Chile (1956-1984)", quien hace más de una década escribe sobre música en medios como Musicapopular.cl, donde se desempeña como uno de los editores, el portal Emol y la Revista Rolling Stone-. Los que más hablan en el texto son los entrevistados, y eso fue una decisión deliberada. Quise intervenir lo menos posible- añade.

A partir de este relato colectivo construido por testimonios inéditos emerge un pasado rockero caracterizado por el desfile de bandas fugaces, discos nunca grabados y material perdido, aunque también por la existencia de grupos que cambiaron el rumbo de la música popular. Es la historia de un ritmo, estilo, género y actitud marcados por la imitación inicial de referentes extranjeros y, por sobre todo, por la precariedad.

- Ése puede ser el rasgo de identidad que une al rock chileno -reflexiona Ponce, refiriéndose a este último concepto-. Pero también la imposibilidad de no ser algo propio. El rock chileno, aunque quisiera copiar a los Beatles, los Rolling Stones, Jimi Hendrix o Santana, nunca logró hacerlo exactamente igual, y eso es lo mejor. Recoger influencias diversas es parte primordial de la identidad de la música chilena.

Sudamerican rockers

Suele haber consenso respecto de cuándo nació el rock en Chile, y la escasa bibliografía sobre el tema lo corrobora: 1966, año en que la banda porteña Los Mac's edita su primer disco, y más específicamente cuando lanza la canción "Ayer mataron a mi hermano", en 1967. No obstante, este dato convierte inmediatamente el apellido y la actitud rockera de Peter Rock o el célebre "Rock del mundial" de Los Ramblers, en una injusta referencia anecdótica. Por ello, cuando Ponce comenzó a indagar en los orígenes locales de este género, no fue tarea fácil establecer un punto de partida.

- El disco de Los Mac's es del 66, pero el grupo empezó a tocar el 62 -especifica el periodista, luego de confesar que su idea original era comenzar el libro desde el surgimiento de esta banda y de otras como Los Jockers o Los Vidrios Quebrados-. Pero antes de ellos estaba la Nueva Ola, y era fácil darse cuenta de que su historia estaba en parte relacionada con el rock. Los Ramblers, por ejemplo, es un grupo de rock and roll, por lo que era impreciso dejar fuera a músicos de esa época. Esto obliga a ir al año 59, que es cuando Peter Rock graba su primer single. Pero después uno se entera de que tampoco fue el primero, porque en el 56 había rocanroleros en Valparaíso tocando la música traída por los marinos mercantes. Era una historia de nunca acabar. En ese sentido, William Reb, el líder de los Rock Kings, fue un hallazgo, y él fue quien llevó al libro hacia lo más atrás posible, que fue 1956- explica.

"Prueba de sonido" comienza con las primeras grabaciones de rock and roll de la orquesta bailable Huambaly (nacidas de manera forzada por una petición del sello Odeon), y termina con la "subversión musical" de Fulano, clasificando las distintas camadas de rockeros surgidos entre 1956 y 1984 en las categorías "ancestros", "coléricos", "patronos", "silvestres", "periféricos", "mutantes", "transilvestres", "metálicos" y "transeúntes". Aunque resulta tentador asociar el fin de la primera etapa del rock en Chile con el surgimiento del disco "La voz de los 80" (1984), las razones respecto de por qué concluir el libro en ese punto son más diversas para su autor.

- Que el libro termine en el 84 no significa que sólo después de ese año el rock chileno madura -aclara Ponce respecto de su decisión-. Los discos de Los Jaivas, Congreso, Los Mac's o Los Vidrios Quebrados son de una madurez increíble. Ese año en particular (1984), se conjugan muchos hechos. No sólo sale el primer disco de Los Prisioneros o se forma Fulano, sino también empieza el thrash, una forma mucho más agresiva de metal; empieza el punk, una forma mucho más rabiosa e insolente de rock. En 1984 hay un cambio de guardia, marcado por una falta de respeto natural y quizás incluso necesaria de los grupos de rock y punk hacia todo lo que venía antes. Fulano se conecta con la historia previa que viene desde los años 60 y 70, y por eso están en el libro. Pero Los Prisioneros son un quiebre mucho más notorio en relación al pasado; por eso decidí no incluirlos -explica, revelando que planea continuar con la historia del rock hasta la actualidad en un posible segundo libro.

Instantáneas de una época

Detrás de las historias que cuentan los músicos de las tres décadas que abarca el libro, emerge una imagen decidora de la sociedad chilena de esos tiempos. Desde el miedo de los disk-jockeys de los '50 a pasar las "escandalosas" canciones de Elvis, hasta la indignación de una población adulta que vio horrorizada las transformaciones físicas y culturales de los "coléricos" de los '60 y '70. "Advertimos lo malo que podía llegar a ser el vestir como mujer, y usar el pelo como mujer, cuando se es hombre", anunciaba la editorial de la revista "El Musiquero" de 1967, para luego comparar el uso de alucinógenos y la homosexualidad con el asesinato y el robo.

- Estas historias son viñetas de lo que estaba pasando en la sociedad, es la manera no oficial de asomarse a ese tiempo. La música es reflejo de ciertos cambios: un grupo de San Miguel como Los Teyker's tocando rock en 1965 habla de que esta música ya no era sólo de una elite, sino que era una fiebre que ya no respetaba clases sociales -explica Ponce-. Este libro es una manifestación de las fuentes alternativas de una época en particular. A través de los 199 entrevistados es posible entrever qué pasó en ese tiempo en la juventud chilena y, desde luego, en la música popular.

Si bien advierte que es ambicioso pensar en un reflejo fiel de Chile entre 1956 y 1984, sí es posible extraer de los relatos instantáneas atendibles de distintos momentos históricos. De la "bohemia de puerto, de los hippies de la era de la UP, del rock confinado al barrio por el toque de queda militar". De los días en que la heladería Coppelia era la sede de las bandas coléricas de los '60, de la psicodelia tercermundista de Piedra Roja, el Woodstock chileno. De las contradicciones de comienzos de los '70, cuando bandas que rescatan a Violeta Parra y Víctor Jara son acusados de imperialistas por tocar la guitarra eléctrica. De aquellos días en que el rock es marginado a la periferia y es utilizado, paradójicamente, como mecanismo distractor en los '80.

Episodios inadvertidos de la cultura popular que pueden no aparecer en los libros de historia, pero que fueron, sin duda, música de fondo, signos de una época.

Prueba

de sonido

Ediciones B

437 páginas

$16.000

http://diario.elmercurio.com/2008/11/16/artes_y_letras/_portada/noticias/2AF1CC17-B9F5-41A9-9B38-A9FFEBC469C5.htm?id={2AF1CC17-B9F5-41A9-9B38-A9FFEBC469C5}

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