miércoles, agosto 23, 2017

Jerry Lewis: La comedia pierde a uno de sus genios fundamentales

El Mercurio

El actor, director, guionista, productor, cantante y humanitario falleció el pasado domingo en Las Vegas. Tenía 91 años y deja un impresionante legado dentro y fuera de la pantalla.  

Fernando Zavala 

Hizo reír a generaciones. Y solo su legado como actor cómico ya sería mérito suficiente para pasar a la historia. Pero su talento para provocar carcajadas es solo una parte del todo que hizo de Jerry Lewis una de las más grandes figuras de Hollywood. Además de actor se convirtió también en director -uno venerado y precursor-, productor y guionista en cine. También fue cantante exitoso, rey de los espectáculos teatrales y un humanitario que con su Teletón (ver nota relacionada) recaudó más de US$ 2 mil millones. Pocos reúnen con mayor propiedad las características para ganarse el título de leyenda, una que desde ya se hizo eterna. A los 91 años, la estrella falleció la mañana del domingo pasado en su casa de Las Vegas. La noticia fue anunciada por un diario local y confirmada por su publicista, Candi Cazau.

Aunque la razón del deceso no fue entregada, lo cierto es que la salud de Lewis llevaba varios años, décadas incluso, deteriorándose. Se sometió a una cirugía cardíaca en 1983 y otra en 1992 para atacar un cáncer de próstata; en 2003 recibió tratamiento para combatir una adicción a medicamentos. Como si lo anterior fuera poco, padecía además de una enfermedad pulmonar crónica.

Su legado es fundamental, contundente y fue una influencia para generaciones de actores y cómicos en todo el mundo. Filmes como "El ceniciento" (1960) y "El profesor chiflado" (1963) son hoy clásicos del cine y joyas de la comedia. También lo fueron varias de las 16 películas que protagonizó junto a Dean Martin, con quien saltó a la fama, con "Locos de aire" (1952) y "Artistas y modelos" (1955). Lewis fue clave para dejarles claro a muchos escépticos que la comedia podía ser un género creíble y aportar al mundo del cine "serio" realizadores con peso y mirada.

Nació en 1926 en Newark, New Jersey, al interior de una familia de inmigrantes judíos rusos. El espectáculo lo llevaba en los genes. Su padre era maestro de ceremonias en shows de vaudeville, y su madre, pianista. Se subió a un escenario por primera vez a cantar una canción cuando tenía cinco años y ya a los 15 desarrollaba una rutina de imitador que lo hizo abandonar el colegio y trabajar en cines y fuentes de soda para preparar su futuro en la comedia.

Su éxito, en todo caso, no llegó hasta que el destino lo llevó a cruzar camino con un joven y atractivo cantante llamado Dean Martin. En julio de 1946, mientras trabajaba en el Club 500 de Atlantic City, Lewis debió reemplazar a un compañero de su espectáculo que abruptamente renunció. Martin fue aquel reemplazo. La química de la dupla fue instantánea y su habilidad para la improvisación era arrolladora. Lo que siguió fue una década de un fenómeno que ha tenido pocos símiles en la historia. Martin & Lewis llenaban teatros de todo el país y su salto al cine, de la mano del productor Hal B. Wallis, fue un éxito aún mayor.

El dúo debutó en cine en la comedia "Irma, la enredadora" (1949). Se trataba de roles secundarios, pero rápidamente ellos opacaron a las estrellas del filme, Marie Wilson y Jon Lund. Le siguió una secuela, al día siguiente, donde ya eran protagonistas y luego otras catorce películas que nunca perdieron dinero.

El fenómeno podría haber seguido varios años más, pero para mediados de los años 50, la relación entre ambos ya pasaba por una crisis. Martin comenzó a resentir que la figura de Lewis siempre lo opacara. Así, en julio de 1956, a diez años exactos desde su primer espectáculo en conjunto, se presentaron por última vez.

Dean Martin tuvo una exitosa carrera en solitario. Lewis, también, y en ella el cómico no solo creció como actor, también como director, guionista y productor. Las películas donde interpretaba a un héroe frenético y travieso se mantuvieron, pero luego apareció el realizador. Cuenta la leyenda que, cuando Paramount quiso estrenar "El ceniciento" en julio de 1960, Lewis recomendó hacerlo en Navidad. El estudio aceptó con la condición de que él estrenara otra película a tiempo. En un mes les entregó "El botones", película que se inspiró en sus propias experiencias como botones de un hotel. El filme también fue el primero es usar el recurso llamado video-assit, con el que Lewis podía ver su actuación durante el rodaje, y que hoy es usado habitualmente.

El éxito de Lewis continuó hasta fines de los 60, cuando los gustos del público parecieron cambiar y sus películas ya no tenían la misma repercusión. Vinieron años de un olvido del que realmente salió cuando Martin Scorsese lo convocó a "El rey de la comedia" (1982), donde interpretaba a un comediante famoso.

Hizo otros trabajos para cineastas como Emir Kusturica, también cameos y aplaudidos roles en televisión. Y aunque en los últimos años comenzó a surgir una imagen de cascarrabias y causó polémica por comentarios ofensivos de los que tuvo que disculparse, la admiración del público no ha decaído. Hoy, todo el mundo, pierde a una leyenda.

La Teletón que fundó en 1966 y que inspiró a Don Francisco en Chile

La transmisión creada por Lewis en ayuda a los pacientes de distrofia muscular dejó de existir en 2014 y recaudó más de US$ 2 mil millones.  

A comienzos de los años 50, un miembro del equipo del programa de TV "The Colgate comedy hour" le pidió una mano para un evento benéfico, con el fin de ayudar a la Asociación de Distrofia Muscular, que congrega a personas que sufren aquella enfermedad y a sus familias. Así nació una colaboración que en un comienzo fueron especiales de televisión durante el Día de Acción de Gracias estadounidense, pero que se transformó en un férreo compromiso con la institución y que lo llevó a crear, en 1966, una Teletón que se realizaba en Las Vegas y partía en la víspera del Día del Trabajo, que en ese país de celebra en septiembre. Hasta 2009, la Teletón de Lewis había recaudado más de US$ 2.400 millones.

El evento -que llegó a durar hasta 21 horas- fue el que inspiró a Mario Kreutzberger a realizar una jornada maratónica similar, para ayudar a la que a fines de los años 70 era la Sociedad Pro-Ayuda al Niño Lisiado. Antes de la primera Teletón chilena, el animador viajó a Las Vegas para entrevistarse con Lewis. "La reunión se realizó a las 1:30 de la madrugada, entre dos funciones que él tenía en Las Vegas", cuenta, a través de un correo electrónico. "Jerry me recibió en su camarín. Debo confesar que estaba nervioso y aunque había preparado cuidadosamente mis palabras, al saludarlo olvidé parte de mi discurso", agrega.

Fue, en todo caso, un encuentro breve, aunque afectuoso. Kreutzberger recuerda: "Al despedirme con un fuerte apretón de manos, me miró fijamente y me dijo: 'Estoy seguro que usted podrá sacar adelante un Teletón en su país'".

Lamentando su muerte, el animador dice: "Jerry nos mostró el verdadero valor de la entrega a los demás. Nos enseñó que en la vida no estamos solos. Que descanse en paz".

Lewis animó el evento hasta 2010, cuando los años ya le pasaron la cuenta. Luego, el programa pasó a ser un concierto televisivo, que apenas duraba un par de horas y que se emitió por última vez en 2014.

Martin & Lewis: Una amistad que sobrevivió a la crisis

Cuando la dupla Martin & Lewis dejó de existir, Dean y Jerry no se hablaron durante veinte años. Aunque no ocupaban los medios para intercambiar insultos, su alejamiento era conocido y llegó a tener niveles míticos. En todo caso, con el paso de los años, los amigos que tenían en común coincidían en que ya era hora de que ambos enmendaran la relación.

Fue Frank Sinatra quien puso las cosas en marcha. En 1976, veinte años después de la que fue su última presentación, el cantante aprovechó la Teletón para sorprender, frente a las cámaras, a su amigo Lewis, invitando a Martin al escenario. Se abrazaron cálidamente, improvisaron un diálogo y ambos terminaron con lágrimas en los ojos.

Desde ese momento, la amistad se restableció y permanecieron unidos hasta la muerte de Martin en 1995. Lewis habló en su funeral y siempre se refirió a él en los mejores términos. "Dean fue el hombre más cálido, genuino, honorable e íntegro que he conocido", dijo en una de sus últimas entrevistas.


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