miércoles, agosto 16, 2017

El Teatro Regional del Biobío en su recta final

El Mercurio

Fue anhelado durante años por Concepción. Tras una serie de anuncios y postergaciones, el edificio debería ver la luz en diciembre y abrir a público en marzo, con una sala principal para 1.200 personas. Así se cierra una larga historia de ilusiones y tropiezos que partió a mediados de la década del 90, con la actuación del legendario tenor Luciano Pavarotti en la zona.

Maureen Lennon Zaninovic

Francisca Peró Gubler (38) es actriz titulada de la Universidad Católica y, hasta febrero de este año, se desempeñó como coordinadora de programación del Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM). Desde hace aproximadamente seis meses ya está radicada en la ciudad de Concepción. "Me vine de Santiago con todo: con mi marido, mi hijo y hasta el gato", revela con humor a Artes y Letras.

La profesional postuló a un concurso público en diciembre del 2016, quedó en una lista de cinco finalistas y -a fines de enero- la confirmaron como directora ejecutiva del Teatro Regional del Biobío, uno de los proyectos culturales más anhelados por la comunidad penquista y que después de una larga y polémica espera, finalmente, debería abrir a público en marzo del 2018.

"El Ministerio de Obras Públicas (MOP) ya nos confirmó que la fecha de finalización de las obras será en diciembre de este año. Queremos inaugurar el primer trimestre del 2018 y lo más probable es que sea antes del 10 de marzo", añade Francisca Peró, aludiendo al término del gobierno de Michelle Bachelet.

Los trabajos de este teatro diseñado por el arquitecto chileno Smiljan Radic (ver nota relacionada) revelan más de un 70% de avance. "El anuncio del MOP y el contar con fechas más claras y definitivas, nos está permitiendo trabajar en el evento de la inauguración. Estamos preparando algo muy especial, que queremos mantener en sorpresa. Sí pretendemos que sea un acto abierto, gratuito y que resalte el edificio mismo, que es una obra bien impactante", dice la directora.

Peró reconoce que no tiene estudios en gestión cultural y que no es de la zona. "Soy actriz y bachiller en humanidades. No tengo formación en gestión cultural, pero no veo eso como una desventaja, porque mi gran escuela fue el GAM. Si no hubiera pasado por este espacio, creo que habría sido necesario formarme en otras áreas", advierte, y agrega que le llamó la atención que la escogieran, tomando en cuenta que no nació ni se crió en la VIII Región. "Siendo un proyecto tan emblemático para esta ciudad, me sorprendió que me seleccionaran a mí, pero, por otro lado, mi equipo es penquista y, en todo este tiempo, he buscado vincularme con los artistas de la zona. Además, el hecho de venir de afuera, creo que puede ser un aporte en términos de una mirada más objetiva e independiente", dice.

Ya está trabajando con un pequeño equipo de avanzada que, además de ella, suma a Andrea Alcaíno, como directora de comunicaciones; Matías Ulibarri, como jefe técnico, y Macarena Muñoz, como jefa de administración y finanzas. También se acaban de designar los nuevos directores de la Corporación del Teatro Regional del Biobío: Mario Cabrera, de la Fundación Cepas; Arnoldo Wëber, en representación de Artistas del Acero; Igor Concha, de la Universidad del Biobío, Pablo Gaete, de Balmaceda Arte Joven; Sergio Muñoz Cid, de la Compañía Perfiles y Siluetas, un representante de la Municipalidad de Concepción y cinco miembros del Consejo de Gobierno Regional (Core).

"No tenemos contemplada una producción propia de ópera para el 2018"

El financiamiento de este escenario asciende a 1.900 millones de pesos anuales. "Como muchos teatros de este tipo, estamos apuntando a un financiamiento mixto, es decir, que incluya aportes del gobierno regional, del Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes, más los recursos que podamos levantar desde el mundo privado e ingresos por el arriendo de nuestras salas", explica Francisca Peró.

-¿Está definida la programación del 2018?
"Decidimos proyectar distintas líneas programáticas partiendo de una base: las artes escénicas contemporáneas. Una de nuestras líneas será la música clásica internacional y nacional, con un importante énfasis en lo regional, dándoles espacio a las orquestas juveniles locales que tienen gran impacto en esta zona. Como la sala principal, con un aforo de 1.200 personas, es multipropósito, también queremos programar música popular y rock, tanto nacional como internacional. El 16 de agosto vamos a lanzar una convocatoria para que los artistas de la región puedan formar parte de la cartelera del 2018, en danza, teatro y música. Uno de nuestros planes es crear un comité de programación conformado por artistas que no hayan quedado seleccionados en esta convocatoria inicial y que nos guíen en el diseño de la cartelera. Junto con ello, en el directorio de la corporación se formó un comité asesor de programación, que apoyará a la dirección ejecutiva en esta materia" .
"Además se está preparando una producción propia de teatro que se va a estrenar a fines de marzo o a inicios de abril del 2018, y estamos cerrando convenios con los teatros Municipal de Chillán y el Municipal de Santiago: de este último mostraremos una de sus producciones, pero aún no está definido si va a ser una ópera o un ballet. También cerramos una alianza con el GAM y el Corredor Biobío, y hay avanzadas conversaciones para sellar convenios con el Ballet Nacional Chileno y Matucana 100. Más allá de la magnitud de los metros cuadrados del edificio, este teatro tiene un escenario que es casi del mismo tamaño de la futura sala del GAM, con un foso adecuado para albergar a una orquesta sinfónica. Tiene las dimensiones para mostrar grandes espectáculos. Hay muchos desafíos que debemos asumir en esta primera etapa y, al menos en el primer año, no tendremos una ópera de producción propia. Más adelante sí queremos incursionar en el género lírico".

-¿Ha tenido conversaciones con el equipo del Teatro de la Universidad de Concepción y con los directores del Teatro del Lago?
"Nos reunimos con las autoridades del Teatro de la Universidad de Concepción y se está analizando, con su directora, Lilian Quezada, cómo podemos trabajar en conjunto. Ojalá podamos relacionarnos. Conozco a Carmen Gloria Larenas, directora artística del Teatro del Lago, pero aún no he tenido con ella una reunión presencial y me encantaría poder hacerlo a la brevedad".

-¿Cuentan con estudios de audiencia?
"El Consejo Nacional de la Cultura hizo todo un estudio previo, antes de construir este edificio y que señala, con bastante claridad, cuáles son los hábitos de consumo de la región y la cantidad de funciones programadas. Nosotros vamos a trabajar con un programa de formación de audiencias, vinculado - sin duda- a los estudiantes, adultos, niños y la tercera edad".

-¿Habrá cuerpos estables?
"No, de ningún tipo. El modelo de gestión tiene, en ese sentido, varios elementos cercanos a Matucana 100 y al GAM. El teatro tampoco contempla a las artes visuales. Se ha definido como un centro de artes escénicas, cuyo objetivo primordial es acoger producciones de calidad, tanto internacionales, como nacionales y regionales, con algunas producciones propias, pero sin cuerpos estables".
"El modelo de gestión tiene, en ese sentido, varios elementos cercanos a Matucana 100 y al GAM. El teatro no contempla cuerpos estables. Se ha definido como un centro de artes escénicas". '
'Más allá de la magnitud de los metros cuadrados del edificio, este teatro tiene un escenario, que es casi del mismo tamaño de la futura sala del GAM, con un foso adecuado para albergar a una orquesta sinfónica".

 Juan Eduardo King, impulsor del Teatro Pencopolitano: "Lo importante es la gestión"

Fue en 1994 cuando la nostalgia por el hermoso Teatro Municipal de Concepción, abatido por el terremoto de 1960, convocó a un grupo de connotados vecinos, para conformar la Corporación Teatro Pencopolitano.

El 15 de diciembre de 1995 trajeron hasta la VIII Región al famoso tenor Luciano Pavarotti, para poner en evidencia que la ciudad necesitaba con suma urgencia un coliseo acorde a su entusiasta demanda cultural. El sueño de contar con un teatro prendió fuerte y el renombrado arquitecto Borja Huidobro se entusiasmó tanto, que se lanzó al diseño del edificio. El proyecto era ambicioso: ocho pisos, dos escenarios y muchas salas para espectáculos y ensayos. ¿Qué pasó después?

"El ex Presidente Eduardo Frei nos apoyó fuertemente con la idea. Formamos, en 1994, una corporación que de 64 vecinos pasamos a sumar a más de 2.500 personas. Yo fui el primer presidente de la corporación y durante el gobierno de Ricardo Lagos pensaba que el teatro ya debería estar listo, pero el intendente de la época empezó a poner objeciones. Comenzamos a polemizar por la prensa y, finalmente, el proyecto se diluyó", rememora el abogado Juan Eduardo King, quien además fue seremi de Cultura durante el gobierno de Sebastián Piñera. "En ese período presidencial sí se retomó el teatro, pero se me pidió como condición abrir una licitación pública, lo que me trajo serios problemas con el arquitecto Borja Huidobro. Pero lo más importante es que al teatro se le dio un impulso real y, finalmente, es un hecho que se va a inaugurar muy pronto. Como Corporación Teatro Pencopolitano decimos 'misión cumplida'", adelanta King.

El profesional plantea a Artes y Letras algunas aprehensiones sobre la conformación del actual directorio de la Corporación Teatro Regional del Biobío: "Hay representantes de la sociedad civil y del Gobierno Regional (Core), lo que claramente supone una intencionalidad política, porque todos los partidos quieren estar presentes. Nuestra corporación, por ejemplo, que ha sido la madre de este proyecto, es socia, pero no es miembro del directorio", dice.

Juan Eduardo King no quiere ahondar en la polémica y añade que siente optimismo ante el futuro de este escenario. Confía en que no será "un elefante blanco".

"Lo importante es que se gestione bien y tengo fe en que sí se hará. Eso sí, el edificio de la Philharmonie de Hamburgo se inauguró un día específico, pero comenzó a funcionar tres años después, porque el diseño de programación se debe hacer con tiempo, sobre todo si estamos pensando en una programación internacional. Esa preparación no la he visto en Concepción", remata.

Smiljan Radic: "Es un teatro de nivel mundial"

Aunque el arquitecto Smiljan Radic -responsable entre otros elogiados proyectos de la ampliación del Museo Chileno de Arte Precolombino- ganó el concurso de diseño en 2011, la primera piedra del Teatro Regional del Biobío se puso recién en 2015. "Los que trabajamos en el levantamiento de infraestructura pública sabemos que los procesos son largos y cansadores. Hay que tener paciencia y lo importante es que este edificio sí se va a terminar", advierte a Artes y Letras.

Ubicado en la ribera norte del río Biobío, entre los puentes Llacolén y Chacabuco, el Teatro Regional del Biobío tiene una altura de 30 metros y su largo equivale al frontis del Palacio de La Moneda. La superficie construida alcanza los 9.786 metros cuadrados, un poco menos que la famosa Ópera Garnier de París. Tendrá una sala principal de 1.200 butacas y una sala de cámara con 250 sillas retráctiles, además de salas para ensayo, una cafetería y una tienda.

"La totalidad del edificio es de hormigón armado y su interior está envuelto en una membrana PTFE, es decir, fibra de vidrio revestida en teflón", dice Radic y agrega que "en rigor, el teatro está pensado para ser un teatro nacional en la región. Esa fue la estrategia que quisimos implementar, aunque oficialmente lo llamamos teatro regional. Por las dimensiones de su sala principal, por todo el equipamiento técnico, puede recibir producciones de las más importantes capitales artísticas como Buenos Aires. Es un teatro de nivel mundial".

El arquitecto añade que diseñó una gran sala polifuncional, "con acústica asistida, que perfectamente -si estuviera bien administrada- podría estar abierta a público todos los días del año. No es una acústica especializada, sino una que permite una mayor eficiencia".

Uno de los elementos que más resaltan del edificio es el hall de acceso. "En los teatros europeos es muy relevante el espacio previo al ingreso a la sala, es decir, se considera que antes de entrar a un espectáculo hay una serie de actos sociales, una manera de aproximarse, de vestirse, de encontrarse con amigos, que forman parte de la función del teatro y necesitan una plaza pública para mostrarse. Por eso diseñé un espacio público generoso, pensando a una escala urbana y para una ciudad como Concepción, donde llueve mucho y la gente necesita un espacio amplio donde no esté apretujada. Este hall va a tener una gran instalación lumínica del artista Iván Navarro. La idea es que este hall pase a ser parte del espectáculo".

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