miércoles, septiembre 14, 2016

El grupo Quilín lanza disco 37 años después: La genética del jazz rock chileno

El Mercurio

Demasiado duros para el público del jazz y demasiado sofisticados para los del rock. Desde 1979 Quilín se fue abriendo paso en la música. Hoy tiene su primer álbum, "ADN".  

IÑIGO DÍAZ 

El musicólogo Álvaro Menanteau le dedica un capítulo amplio en su análisis en el libro "Historia del jazz en Chile" (2003, Ocho Libros). "Quilín fue el grupo pionero de lo que entendemos como jazz rock, esa música moderna que evolucionó en los años 70 como producto de un cruce. En Chile, de repente apareció Quilín, en una línea musical muy difícil de entender en esos tiempos", dice el investigador.

Esos tiempos son los tempranos 80, cuando Quilín ya había tomado su fisonomía con las dos guitarras eléctricas de Alejandro Escobar, formado en la modalidad clásica y la investigación musical, y Roberto Hirsh, con una nítida herencia rockera.

"Hacíamos un estilo muy particular y original dentro de la música eléctrica, que no existía, y que tampoco tocaban los grupos que empezaron a probar en las mezclas en esos tiempos: Cometa, Bandhada, Evolución y después Fulano. Creo que todo surgió como simbiosis de lo que escuchábamos, desde Miles Davis al rock in opposition , y desde la música contemporánea al folclor", dice en retrospectiva Escobar.

Hoy todos sus integrantes merodean los 60 años, y el quinteto que forman Escobar y Hirsh (guitarras), Juan Carlos Neumann (saxofón), Isidro Alfaro (bajo) y Jaime Labarca (batería) está escribiendo otro episodio en la historia de Quilín, con el disco que acaban de estrenar con dos conciertos en el teatro de la Universidad de las Américas. Se titula "ADN", y representa esa información genética de una música propia. Con composiciones repartidas en una autoría colectiva, el 26 de octubre el grupo volverá a mostrar en un concierto en el GAM su repertorio grabado 37 años después de su formación en una casa del sector semirrural de Quilín.

"Quilín siempre fue un bicho raro. Tocaban en el circuito del rock, pero siempre los ponían al principio de los festivales porque eran muy distintos. Y siguieron hasta hoy como un grupo de amigos que tocan en la casa, en consecuencia con su estética y con su ética", cierra Menanteau.


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