lunes, agosto 08, 2016

Las claves del nuevo boom de la canción francesa

El Mercurio

La popular cantante Zaz, quien se presentará en octubre en Santiago, lidera una nueva generación de artistas galos que han rescatado el género que inmortalizaron Edith Piaf y Charles Aznavour. El fenómeno ya trasciende las fronteras de su país, y Chile no ha quedado al margen.  

Javier Contreras 

"Yo solo represento a una pequeña parte del género. No quiero dar la cara por gente que hace un mejor trabajo que yo", ha dicho una y otra vez la cantante parisina Isabelle Geffroy (36). Bajo el seudónimo de Zaz y en solo cinco años, la artista gala se ha consagrado como la nueva embajadora de la chanson française (canción francesa), formato musical que es toda una institución de ese país y que popularizaron entre los años 30 y 60 ilustres nombres, como Edith Piaf, Jacques Brel, Charles Aznavour y Serge Gainsbourg. Pero Zaz resiste ese título, y también cualquier comparación con Piaf.

Lo cierto es que ella es el rostro más visible de un renacer del género en Francia durante la última década, y que, tal como hace 50 años, ya trasciende sus fronteras. Chile, de hecho, no está ajeno a su impacto. Zaz se presentará por tercera vez en Santiago el próximo 17 de octubre en Movistar Arena, cita que marca su concierto más masivo a la fecha en el país. Antes, el próximo lunes 15 de agosto, debutarán otros dos exponentes en el Teatro Nescafé de las Artes, su compatriota Fred Raspail y el músico argentino Pablo Krantz, quien, tras vivir varios años en París, también abrazó el estilo.

"La chanson había desaparecido en Francia durante los años 80 y 90, siendo reemplazada por el pop y el hip-hop, que coparon la escena musical", explica Krantz. Afirma que él se siente parte de su resurgimiento, aunque aclara que no se trata de un mero revival: "La canción francesa regresa, pero un poco cambiada en cada caso, mezclada con algo nuevo; en mi caso, con la impronta del rock argentino, un elemento que llamó mucho la atención en Francia, donde no es habitual la fusión de la chanson con el rock".

En Chile, el arrastre de la nueva canción francesa ha sorprendido. Irene González, directora de Engranaje, la productora detrás de las presentaciones de Zaz en Santiago y también del show de Raspail y Krantz, plantea que ha sido un fenómeno que se sustenta en el boca a boca de un público joven que se nutre musicalmente en las redes sociales y al margen de los medios. "Cuando en 2014 trajimos a Zaz por primera vez, corrimos un riesgo. No teníamos mayores antecedentes sobre ella, pero nos gustó mucho su propuesta. Nunca pensamos que las entradas se agotarían en dos semanas, y con mínima difusión", revela.

Público transversal

Catalina Walker, voz de La Boheme, una agrupación nacional que realiza presentaciones dedicadas a los clásicos del género, coincide con el diagnóstico: "Nuestro público suele ser gente mayor de 50 años, que creció escuchando a Piaf o Aznavour, pero hoy también nos van a ver muchos jóvenes, que se sienten atraídos por el histrionismo característico de la chanson ". Walker también es actriz, por lo que hace de la interpretación una pieza clave de los shows del conjunto. "La canción francesa se identifica por la riqueza de sus letras y porque cuenta historias. Y al existir la barrera del lenguaje, yo la abordo mucho desde la actuación, para así transmitir toda su emocionalidad, la que seduce a gente de todas las edades", postula.

De eso puede dar fe el músico Eduardo Peralta, quizás el mayor referente local de la canción francesa, y quien incluso ha sido reconocido en Francia por su aporte a la difusión de la cultura de ese país en el extranjero: "Gran parte de mi carrera yo la he hecho adaptando al castellano 'chileno' las canciones de Georges Brassens, para mí, el más importante representante de la chanson y el máximo trovador del siglo XX. Y ese trabajo lo he mostrado por años en El Mesón Nerudiano, donde pronto cumpliremos los 700 'lunes brassensianos'. Y he notado que el público se ha ido diversificando". Pero advierte que falta más: "Las radios deberían tener una apertura hacia lo latino que no se agote en la música en español. Porque la canción francesa también es latina, una hecha con amor, humor, mirada crítica y poesía".


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